Marruecos busca liderar la transición energética en el flanco sur de Europa

Marruecos busca liderar la transición energética en el flanco sur de Europa

ARTÍCULO

28 | 02 | 2023

Texto

Inversión europea: el Reino Unido proyecta un cable submarino de transmisión eléctrica y Alemania desarrolla el hidrógeno verde; España ha construido parques solares

En la imagen

El parque solar Noor Ouarzazate, en el centro de Marruecos [MASEN]

En la última década, Marruecos busca reforzar su imagen internacional para presentarse como un líder climático en el norte de África –y socio destacado, por su proximidad geográfica, de la Unión Europea en la transición energética– a través de sus ambiciosos proyectos de energías renovables. Las grandes transformaciones energéticas del reino alauí suponen un factor estratégico en el desarrollo económico del país, que aún importa más del 90% de sus necesidades energéticas. Con

Para reducir su dependencia energética, en 2009 el país magrebí adoptó la Estrategia Nacional de Energías Renovables con el objetivo de aumentar la participación de la capacidad eléctrica de fuentes renovables al 42%, y así convertirse en un referente de la transición energética en el norte de África y en un ‘hub’transmediterráneo. Aunque el plan impulsó una fuerte expansión tanto de la energía eólica como solar, Marruecos no cumplió su objetivo para 2020, con su capacidad instalada de energía renovable alcanzando apenas el 37% ese año. Si bien el país norteafricano no alcanzó su objetivo provisional en 2020, el mercado ahora está en camino de cumplir su objetivo para 2030, según un reciente informe de la consultora Ernst & Young. Para el año 2030, Marruecos se ha propuesto conseguir que el 52% de la capacidad de generación instalada sea renovable, un avance para el que Rabat busca contar con la ayuda de socios como el Reino Unido e inversiones procedentes de la Unión Europea. De momento, combina ese avance con el hecho de que en 2021 el 37% de su electricidad era producida a partir del carbón.

Entre las ambiciones marroquíes destaca el parque solar de Noor Ouarzazate, siendo la instalación de energía termo solar concentrada más grande del mundo, con 580 megavatios (MW) de capacidad instalada y propiedad del fondo saudí ACWA en un consorcio con la empresa marroquí Masen. El complejo se extiende más de 3.000 hectáreas y consta de cuatro centrales solares que utilizan diferentes tecnologías. La primera fase del proyecto fue puesta en marcha por un consorcio de las compañías españolas Acciona, Sener y TSK. La planta Noor I cuenta con 160 MW de potencia generados mediante la tecnología de espejos cilíndricos parabólicos. A su vez, la compañía Sener fue la encargada de la construcción de la segunda y tercera fase, que incluyen la central Noor II, dotada también de espejos cilíndricos parabólicos y la central Noor III, consistente en una torre central con campos de heliostatos. Mientras tanto, la planta Noor IV utiliza células fotovoltaicas convencionales. En el desarrollo de la infraestructura ha sido imprescindible el apoyo financierode las instituciones europeas, cuyos fondos suman al 60% del coste total de la central.

La colaboración de Marruecos con Europa en materia de energías renovables ya se está materializando, con el reino alauí deseando exportar electricidad verde al Reino Unido en 2030 a través de un cable submarinoque se extendería 3.800 kilómetros (km) por las aguas territoriales de Portugal, España y Francia. La iniciativa, denominada “UK-Morocco Power Project”, aprovecharía la energía generada en una planta fotovoltaica y eólica de 1.500 km2 situada en la región marroquí de Guelmim-Oued Noun para suministrar electricidad al Reino Unido por medio de cuatro cables submarinos de corriente continua de alta tensión (HVDC, por sus siglas en inglés). Según las proyecciones de Xlinks, la empresa británica encargada de ejecutar el proyecto, la mega instalación –que prevé una capacidad de 10,5 GW anuales– podría satisfacer el 8% de las necesidades de electricidad del Reino Unido. El proyecto también contempla la construcción de una instalación de baterías para almacenamiento energético con una capacidad de 20 gigavatios por hora (GWh).La operación cuenta con el apoyo financiero del pionero en tecnología energética Octopus Energy Group y la consultora alemana Conenergy. La viabilidad del proyecto ha sido puesta en duda por las pérdidas eléctricas asociadas al cable submarino, estimadas en 13% por Xlinks.

Dada la longitud del cable submarino, el proyecto enfrenta grandes desafíos para lograr su ejecución exitosa. La filial de Xlinks, XLCC, estará a cargo de la fabricación del cable y de la construcción de una embarcación especializada para tender, levantar y mantener los cables submarinos. La tecnología HVDC no presenta una novedad, pero la longitud del cable submarino que se pretende construir para este proyecto supera la de cualquier cable submarino HVDC existente. El cable eléctrico submarino más largo actualmente se extiende solo 720 km entre el Reino Unido y Noruega, apenas una quinta parte del previsto para el proyecto con Marruecos. A este desafío se suma la lentitud de las discusiones entre Xlinks y el gobierno británico, quien debe garantizar que los consumidores pagarán un precio fijo de £48 por megavatio-hora (MWh) por la energía entregada.

Ventajas y obstáculos

Marruecos está ubicado en una zona que se beneficia de más de 3.000 horas de exposición solar al año, con una irradiación de más de 5,6 kilovatios (KW) por hora. En cuanto a la energía eólica, cuenta con 3.500 km de costa atlántica con una velocidad de ventilación de entre 7,5 y 11 metros por segundo (casi la mitad de esa extensión corresponde al Sáhara Occidental, lo que aumenta el interés marroquí en garantizarse la posesión de ese territorio). A las ventajas naturales y geográficas con las que ya cuenta el país, se le suma una inversión de 130 millones de dírhams, el equivalente a 13.000 millones de dólares destinados a las energías verdes. Además, el mercado de energías renovables marroquí sigue atrayendo inversiones extranjeras, siendo la empresa holandesa Lekela Power uno de los últimos actores en demostrar su intención de ingresar al creciente mercado de energía limpia del reino alauí. Del mismo modo, Marruecos es el primer país en firmar la Asociación Verde con la Unión Europea. A la vez que el acuerdo busca reforzar la cooperación en la lucha contra el cambio climático, avanzar los proyectos de transición energética y estimular la economía verde, es muestra del interés europeo por el mercado de renovables marroquí.

Toda vez que su ubicación geográfica supone una gran ventaja para la producción de energías renovables, uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la transición energética marroquí es la reducción del uso del carbón como fuente eléctrica. En 2020, el carbón representó el 68% de la electricidad producida en el país. A pesar de sus esfuerzos hacia la descarbonización, Marruecos permanece ligado a la producción eléctrica procedente del carbón. En 2020, ONEE, principal operador eléctrico en el país firmó un acuerdo con la mega planta de carbón en Jorf Lasfar de 2.056 MW para comprar la totalidad de su producción hasta 2044. Construida en 2014 con la financiación del fondo emiratí Taqa, la planta Jorf Lasfar cubre cerca del 40% de la demanda eléctrica marroquí. No obstante, fiel a sus ambiciones verdes, en la COP26 celebrada en Glasgow Marruecos se encontraba entre los 20 países comprometidos a no construir más centrales eléctricas de carbón. Más recientemente, el país norteafricano se comprometió a aumentar la cuota de energía verde en su mix hasta el 70% en 2040 y el 80% en 2050, uno de los objetivos más altos en comparación con sus pares regionales.

Ambiciones de hidrógeno verde

Marruecos ha añadido ahora otro objetivo ambicioso a su agenda energética: aspira a convertirse en el líder del mercado mundial en la producción de hidrógeno verde. Marruecos lanzó en enero de 2021 su estrategia nacional de hidrógeno verde, apostando por su producción a partir de electrolizadores con energías renovables. Dado el potencial de Marruecos para generar grandes cantidades de energía solar requeridas para la producción de esta fuente de energía limpia, los países europeos –especialmente Alemania– han apostado por la transición energética marroquí. Muestra del impulso extranjero en el sector es el Acuerdo de Hidrógeno Alemania-Marruecos. Firmado en Berlín en junio de 2020, el acuerdo prevé que la República Federal apoye a Marruecos en la construcción de una planta de producción de hidrógeno verde de 10.000 toneladas por año financiada por el Banco Alemán de Desarrollo (KfW). El acuerdo fue paralizado en 2021 como resultado de la suspensión por Marruecos de las relaciones diplomáticas con Alemania debido a la postura de Berlín sobre el Shara Occidental. Como Alemania pretende reducir su dependencia de los combustibles fósiles a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, el hidrógeno verde le es de especial interés. En octubre de 2022, la Embajada de Alemania en Marruecos informó que Alemania apoyará a Marruecos con una ayuda de 38 millones de euros para la construcción en el país magrebí de la primera planta de hidrógeno verde del continente africano.

A pesar de estos avances, todavía queda mucho camino por recorrer hasta que Marruecos esté en condiciones de exportar hidrógeno verde. La producción de este hidrógeno se fabrica gracias a las energías verdes y al agua. El hidrógeno se produce a partir de los dos componentes con la ayuda del proceso de electrólisis, pero se pierde alrededor del 40% de la energía de la electricidad empleada. En primer lugar, Marruecos debe producir mucha más electricidad a partir de fuentes renovables que en la actualidad. En 2021, solo el 7.58% % de toda la electricidad producida provino de paneles solares, el 13.37 % de la energía eólica y el 16.14 % de la energía hidroeléctrica.

Por otra lado, el país magrebí carece del agua que se necesita para la producción de hidrógeno, cuya cifra se sitúa en 9 litros de agua por un kilogramo de hidrógeno. Muchas regiones del país ya están luchando contra la escasez de agua, dando paso al descontento y la desesperación en un Marruecos dependiente de la agricultura. Por este motivo, Marruecos está construyendo 20 plantas desalinizadoras en varias regiones del país, esperando alcanzar más de mil millones de metros cúbicos anuales para 2050. Sin embargo, estas plantas también tendrán que funcionar con electricidad verde para que el hidrógeno producido sea realmente ‘verde’.