
Durante el secuestro de Miguel Ángel Blanco y tras su asesinato se desató una movilización sin precedentes contra el terrorismo. Mientras seis millones de ciudadanos salían a la calle y se sumaban a las manifestaciones masivas y a los gritos de rabia, varios miles de personas de manera íntima y silenciosa tuvieron el impulso de escribir una carta a la familia Blanco-Garrido. Incapaces emocionalmente de gestionarlas, los padres y la hermana del joven concejal las guardaron en cajas y las conservaron en un garaje de Ermua junto a algunas posesiones de Miguel Ángel, incluidas sus baterías. Allí permanecieron intactas durante más de veinte años.
En 2022, la Fundación Miguel Ángel Blanco cedió en nombre de la familia Blanco Garrido, las cajas del garaje de Ermua a la Universidad de Navarra. El Archivo General de la Universidad conservaría y catalogaría el material, y el grupo de investigación Narrativa, violencia y memoria lideraría su investigación. Tras la catalogación, se han cuantificado más de 3600 cartas. De ellas, unas 300 fueron escritas por niños y jóvenes que no habían llegado a la mayoría de edad. En ellas se centra esta web.
El asesinato de Miguel Ángel Blanco fue uno de esos pocos acontecimientos que marcan a una generación: quienes lo vivieron recuerdan dónde estaban o qué hacían cuando el joven concejal fue asesinado. Las cartas que contiene esta web demuestran que el impacto del crimen llegó también a los más jóvenes: algunos decidieron manifestarse por primera vez contra el terrorismo; otros se prometieron que no callarían ante la complicidad con ETA; y otros, por primera vez, hicieron suyo el sufrimiento de tantas víctimas. Las cartas permiten asomarse a ese momento desde una ventana personal e inédita.
En 2022, la Fundación Miguel Ángel Blanco cedió en nombre de la familia Blanco Garrido, las cajas del garaje de Ermua a la Universidad de Navarra. El Archivo General de la Universidad conservaría y catalogaría el material, y el grupo de investigación Narrativa, violencia y memoria lideraría su investigación. Tras la catalogación, se han cuantificado más de 3600 cartas. De ellas, unas 300 fueron escritas por niños y jóvenes que no habían llegado a la mayoría de edad. En ellas se centra esta web.
El asesinato de Miguel Ángel Blanco fue uno de esos pocos acontecimientos que marcan a una generación: quienes lo vivieron recuerdan dónde estaban o qué hacían cuando el joven concejal fue asesinado. Las cartas que contiene esta web demuestran que el impacto del crimen llegó también a los más jóvenes: algunos decidieron manifestarse por primera vez contra el terrorismo; otros se prometieron que no callarían ante la complicidad con ETA; y otros, por primera vez, hicieron suyo el sufrimiento de tantas víctimas. Las cartas permiten asomarse a ese momento desde una ventana personal e inédita.