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El 37% de los españoles —especialmente los jóvenes y las mujeres— sigue evitando deliberadamente las noticias
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La ideología es determinante y dibuja una U invertida: cuanto más cerca de los extremos políticos, mayor es la evasión
En un entorno saturado de estímulos, con flujos constantes de titulares, alertas y narrativas en competencia, no todos los ciudadanos eligen estar informados todo el tiempo. La evasión informativa hace referencia al fenómeno por el cual las personas limitan voluntariamente su exposición a las noticias, ya sea reduciendo su consumo, seleccionando solo ciertos temas o evitando de forma sistemática determinados canales o momentos del día. Esta actitud puede ser ocasional, moderada o intensa, y suele estar motivada por factores emocionales, cognitivos o incluso ideológicos: desde el agotamiento por el exceso de malas noticias hasta la desconfianza hacia los medios o el deseo de preservar el bienestar personal.
Lejos de ser una actitud marginal, la evasión se ha convertido en una práctica cada vez más extendida a nivel global. No se trata únicamente de apatía o desinterés, sino de una respuesta adaptativa —y a veces crítica— ante la forma en que la información circula, se presenta y se percibe en la esfera pública. Estudiar la evasión informativa no solo ayuda a entender por qué ciertas audiencias se desconectan, sino también qué condiciones deben cambiar para reactivar el vínculo entre ciudadanía e información.
Evasión informativa en España y en el contexto global
Los datos del Digital News Report 2025 sitúan la evasión informativa glo bal en torno al 40%, considerando a quienes declaran evitar las noticias “a menudo” o “a veces”. España se encuentra ligeramente por debajo de esa cifra, con un 37% de evasores informativos frecuentes u ocasionales, lo que la sitúa en una posición intermedia: el fenómeno está presente y es relevante, pero no alcanza los niveles de desconexión informativa de otros países con mayor polarización mediática o fatiga noticiosa.

Más allá de esta comparación general, el análisis detallado de las respuestas dentro de la muestra española descr ibe tres grupos diferentes. El primero y más popular estaría integrado por aquellos que evitan las noticias ocasionalmente (37%), en lo que sería una desconexión ocasional por razones prácticas o emocionales. Le seguiría un segundo grupo compuesto por aquellos evasores más regulares o estructurales y que declaran evitar deliberadamente las noticias a veces (26%) o a menudo (10%). Por último, el tercer grupo, incluye a aquellos que afi rman no evitarlas nunca (21%).

Este abanico de actitudes sugiere que la evasión informativa en España no es un fenómeno monolítico, sino una práctica de desconexión parcial y selectiva que adopta distintas formas según el perfil de cada persona.
Evasión informativa por género y edad: perfiles diferenciados y brechas generacionales
La evasión informativa no se distribuye de manera uniforme entre la población. Tanto el género como la edad, tanto de forma individual como combinada, revelan patrones consistentes que permiten identifi car perfiles con mayor o menor pr opensión a evitar las noticias. Al analizar los datos agregados por género, se observa que la evasión informativa ocasional es la forma más común de desconexión en ambos grupos. El 36% de los hombres y el 37% de las mujeres afi rma evitar las noticias ocasionalmente. Esta categoría intermedia sugiere una relación flexible con la información, en la que el consumo no es constante, pero tampoco se interrumpe por completo, en línea con la observación general mencionada anteriormente.

Sin embargo, al observar las respuestas que indican una evasión más frecuente, se aprecian diferencias más marcadas. El 29% de las mujeres declara evitar las noticias “a veces”, frente al 23% de los hombres. Este dato sitúa a las mujeres como el grupo con mayor propensión a la evasión intermitente, algo que puede deberse a una sobreexposición emocional a ciertos contenidos, una menor identifi cación con la agenda mediática o la necesidad de gestionar el impacto psicológico de determinadas noticias.
En contraste, los hombres destacan en la categoría “nunca”, con un 29% frente al 21% de las mujeres. Esto sugiere que, en términos generales, los hombres presentan una mayor resistencia a desconectarse de las noticias, o bien una percepción diferente sobre la necesidad de mantenerse informados. La diferencia es particularmente significativa, ya que implica que uno de cada cuatro hombres declara no evitar nunca las noticias, frente a apenas una de cada cinco mujeres.
Los jóvenes, especialmente mujeres, evitan más las noticias
El análisis combinado de género y edad permite definir con mayor precisión los perfi les de evasión. Al agrupar las respuestas de evasión frecuente (“a menudo”) y moderada (“a veces”), se observa que el grupo con mayor propensión a evitar las noticias son las mujeres menores de 40 años, con un 43% que declara esquivar la información de manera habitual. Le siguen los hombres menores de 40 años (41%) y, en un segundo escalón, las mujeres mayores de 40 años (38%).
El grupo con menor nivel de evasión informativa es el de los hombres mayores de 40 años, con apenas un 31% que declara evitar las noticias a menudo o a veces. Este perfil coincide con el segmento que más destaca en la categoría “nunca”, lo que refuerza la idea de que la edad y el género, combinados, configuran patrones muy distintos de relación con la información.
Al desagregar los datos, los hombres jóvenes (menores de 40 años) son quienes más concentran la evasión informativa estructural: un 16% afirma evitar las noticias “a menudo”, a 3,5 puntos de distancia de las mujeres jóvenes (12%). En el extremo opuesto, los hombres mayores de 40 años presentan el menor porcentaje en esta categoría (9%). Estos datos sugieren que la juventud está asociada con formas más radicales de evasión, mientras que en los grupos de mayor edad la desconexión tiende a expresarse de manera más puntual o controlada. Por su parte, las mujeres de todas las edades se concentran en las formas moderadas de evasión. La categoría “a veces” alcanza un 31% entre las menores de 40 y un 28% entre las mayores, lo que refuerza la idea de que las mujeres, independientemente de la edad, tienden a adoptar formas más moderadas y constantes de desconexión informativa.
A más años, menos evasión
De lo anterior se deduce que la edad presenta una correlación clara y constante: a medida que aumenta, disminuye la propensión a evitar las noticias. Según los datos, la edad media de quienes nunca evitan las noticias es de 51 años, mientras que quienes lo hacen a menudo tienen una media de 45 años. Esta tendencia se mantiene en las demás categorías: quienes evitan a veces tienen una media de 48 años, y los que lo hacen ocasionalmente, 48,9 años. En consecuencia, a mayor edad, mayor es la probabilidad de mantenerse informado con regularidad, mientras que la juventud se asocia con una mayor desconexión, tanto ocasional como estructural.
Ideología y evasión informativa: polarización, desafección y fatiga política
La relación entre ideología política y evasión informativa en España no es lineal ni homogénea, pero sí presenta un patrón defi nido: los extremos ideológicos —tanto de izquierda como de derecha— y el grupo de personas que no se identifi ca o no declara ninguna posición política muestra mayores niveles de evasión informativa. Por otro lado, los segmentos ideológicos ubicados en el centro del espectro tienden a presentar niveles más bajos y estables de evasión. Todo esto sugiere que la desconexión con la actualidad se intensifica tanto en contextos de polarización como de indiferencia política.
La forma de la curva ideológica: los extremos evaden más
En 2025, la ideología política sigue siendo clave para explicar la evasión informativa. Más del 38% de las personas situadas en los extremos ideológicos evita las noticias a menudo o a veces, frente a porcentajes que oscilan entre el 31% y el 35% en las posiciones más moderadas.
Esta diferencia dibuja una curva en forma de “U” y refleja cómo la probabilidad de evitar noticias aumenta cuanto más se alejan las personas del centro político, independientemente de si son de izquierdas o de derechas. Los grupos de extrema izquierda (42%) y extrema derecha (39%) presentan los niveles más altos de evasión informativa, seguidos por izquierda (38%) y derecha (32%). En contraste, las posiciones más moderadas muestran los niveles más bajos: centroizquierda (34%), centro (36%) y centroderecha (32%). Si bien las diferencias no son extremas, son lo suficientemente consistentes como para delinear un patrón estable.

Adicionalmente, al comparar el promedio entre bloques ideológicos, se aprecia que la izquierda presenta un nivel ligeramente superior de evasión (37%) en comparación con la derecha (34%). Es importante destacar un cambio signifi cativo respecto al año anterior: tanto la extrema izquierda como la extrema derecha han disminuido sus niveles de evasión informativa en 2025. Si bien continúan siendo los grupos con mayor tendencia a evitar las noticias, esta disminución sugiere una posible reactivación del interés informativo entre los extremos. Esta situación podría atribuirse a factores coyunturales —como el contexto electoral, debates polarizadores o escándalos mediáticos— que han impulsado su reenganche, al menos parcial, con la actualidad.
Los grupos moderados: menos evasión, mayor estabilidad
Incluso por encima de los extremos ideológicos, el grupo que responde “No sabe” o no se ubica en el eje izquierda-derecha presenta el nivel más alto de evasión informativa en 2025. El 45% de estos encuestados evita las noticias de forma frecuente o intermedia, una cifra superior a la de cualquier otra categoría ideológica.
Este grupo no representa necesariamente una posición de “centro puro”, sino más bien un conjunto diverso de personas que se mantienen al margen del discurso político, ya sea por desinterés, desencanto, desconfianza o una postura deliberadamente apolítica. La alta tasa de evasión informativa sugiere que su relación con la actualidad es frágil y distante: solo un 13% afirma no evitar nunca las noticias.
Si analizamos este segmento por edad, se confirma la tendencia general: la evasión frecuente entre los “no alineados” es especialmente alta en la mediana edad (40-59 años: 22%) y en los menores de 40 años (15%), mientras que desciende signifi cativamente entre los mayores de 60 años (4%). Este perfil etario refuerza la hipótesis de que la desconexión política e informativa es más pronunciada en las etapas de mayor incertidumbre vital y presión social, y que el desapego tiende a disminuir con la edad.
La intersección entre ideología y edad revela un resultado consistente con lo observado en otras secciones del informe: la evasión informativa es sistemáticamente mayor entre los menores de 40 años, incluso dentro de cada bloque ideológico. Por ejemplo, los jóvenes declarados de centroizquierda o centroderecha presentan tasas de evasión más altas que los mayores de 60 años, lo que sugiere que el fenómeno no se limita a los extremos.
Esto apunta a una combinación de factores: los jóvenes pueden experimentar una mayor fatiga debido al flujo constante de información, una menor identifi cación con los discursos políticos predominantes o, simplemente, una competencia más intensa entre el consumo de noticias y otros contenidos digitales.
La relación entre ideología y evasión informativa en España configura un mapa con tres perfiles críticos. Los individuos con ideologías extremas tienden a evitar las noticias con mayor frecuencia, posiblemente debido a la desconfianza hacia los medios de comunicación, la percepción de falta de representación o la sobreexposición a narrativas del exogrupo que desafían sus creencias. Los “no alineados”, que muestran la mayor desconexión de todas, y, finalmente, los jóvenes, especialmente aquellos que se encuentran en los extremos ideológicos o no se identifican políticamente, son particularmente vulnerables a la fatiga informativa y al abandono del consumo de noticias.
En contraposición, los segmentos moderados —tanto de izquierda como de derecha— y los mayores de 60 años presentan una relación más sólida y estable con la actualidad, lo que sugiere un mayor arraigo en las rutinas informativas tradicionales o un compromiso más sostenido con el seguimiento de la actualidad.
Interés por la política y la actualidad: una relación directa con la evasión informativa
La relación entre el interés que declaran los ciudadanos por la política o la actualidad, y su tendencia a evitar las noticias, es directa y muy signifi cativa. Los datos de 2025 confirman que a medida que disminuye el interés en cualquiera de estos dos ámbitos, aumentan de forma clara y consistente los niveles de evasión informativa frecuente. Esta correlación no es nueva, pero en la edición de este año adquiere un relieve particular por la magnitud de las diferencias observadas. En concreto, el interés por la actualidad se presenta como un predictor fuerte de la evasión informativa, lo cual puede interpretarse como un cambio en el eje de relevancia percibida: lo que empuja a muchos ciudadanos a conectarse o desconectarse de las noticias no es tanto la política institucional como la percepción general de lo que ocurre en el mundo.

Entre los individuos que declaran tener mucho interés en política o en la actualidad, la evasión informativa es notablemente menor que en el resto de la población. Por ejemplo, entre quienes manifiestan un alto interés en la política, el 19% evita las noticias a menudo y un 11% lo hace a veces. En el caso de quienes muestran un gran interés en la actualidad, estos porcentajes disminuyen aún más: solo un 12% evita las noticias con frecuencia, y un 15% lo hace ocasionalmente.
Interés intermedio: una zona de transición
En las categorías de “bastante interés” y “algo de interés”, el panorama se torna más complejo. Si bien los niveles de evasión son inferiores a los observados en el grupo sin interés, se percibe una transición gradual hacia una desconexión parcial. Por ejemplo, entre quienes manifi estan “bastante interés” en la actualidad, un 5% evita las noticias con frecuencia y un 25% lo hace ocasionalmente. En el caso de “algo de interés”, los porcentajes aumentan al 8% y al 34%, respectivamente. El porcentaje de quienes nunca evitan las noticias disminuye a un 31% entre los que tienen bastante interés, y a un preocupante 13% entre quienes solo tienen algo de interés en la actualidad.
Estos datos confirman que el desinterés no es un fenómeno dicotómico, sino una curva progresiva que se traduce en una exposición más esporádica, fragmentada o selectiva. A medida que el interés disminuye, aumentan los comportamientos de evasión moderada (“ocasionalmente”, “a veces”), que en muchas ocasiones no son percibidos como tales por quienes los llevan a cabo.
Desinterés total, evasión masiva
El salto más signifi cativo se produce entre quienes declaran no tener interés ni por la política ni por la actualidad. En este grupo, la evasión frecuente aumenta considerablemente. En el caso del interés político, el 25% de quienes no tienen interés evita las noticias a menudo, y un 29% lo hace a veces. Este último dato contrasta drásticamente con el 54% de no evasores entre quienes tienen mucho interés.
Si bien tanto el interés por la política como el interés por la actualidad predicen la evasión informativa, el interés por la actualidad lo hace de forma más intensa y consistente. El contraste entre los extremos es especialmente revelador: entre quienes no tienen ningún interés en la actualidad, más de la mitad evita las noticias a menudo (53%), mientras que esa cifra se reduce a 25% entre quienes no tienen interés en política. Asimismo, los porcentajes de quienes nunca evitan las noticias son mucho más bajos en el caso del desinterés por la actualidad (8%) que en el del desinterés político (10%).
Los datos de 2025 revelan que tanto el interés por la política como, especialmente, el interés por la actualidad general, actúan como barreras contra la desconexión informativa. Donde hay interés, hay atención; donde no lo hay, la indiferencia, la fatiga o el abandono toman el relevo. El reto para los medios de comunicación y los actores del ecosistema informativo no es solo mejorar la calidad de la información, sino también hacer que vuelva a ser relevante.
Razones para evitar las noticias: entre la desconfianza, la saturación y el desgaste emocional
La evasión informativa no se produce de manera aleatoria ni uniforme. Las personas que deciden evitar, parcial o frecuentemente, el contacto con las noticias lo hacen por razones que responden a patrones reconocibles, los cuales se repiten con fuerza en la sociedad española de 2025. Conocer estos motivos no solo permite comprender las causas de la desconexión, sino también imaginar estrategias más ajustadas para reconstruir el vínculo entre ciudadanía y actualidad.
En primer lugar, destaca que las tres razones más frecuentes para evitar las noticias en España tienen un fuerte componente emocional y perceptivo. La desconfianza hacia los medios, expresada en la afirmación de que las noticias “no son fiables ni imparciales”, es el motivo más citado, con un 35% de menciones. Muy cerca se sitúan dos razones que apuntan a un desgaste más subjetivo: el agotamiento frente a la cantidad de noticias que se reciben a diario (35%) y el impacto negativo que estas tienen sobre el estado de ánimo (34%). Estos tres motivos, casi en igualdad de frecuencia, trazan un perfil de evasión informativa asociado no tanto al desinterés como a la fatiga, la saturación y la desafección. Las noticias, en este contexto, dejan de ser una herramienta de comprensión o participación para convertirse en una fuente de incomodidad o desconfianza.

Otras razones relevantes apuntan en la misma dirección. Un 28% de los encuestados considera que hay una cobertura excesiva de la política, lo que puede reflejar una percepción de monotonía. La sobreexposición a guerras, crisis y confl ictos también contribuye a este fenómeno, aunque con porcentajes más moderados. Por otro lado, los motivos menos citados —como la dificultad para seguir o entender las noticias (8%) y la falta de relevancia para la vida personal (13%)— indican que el problema no reside, para la mayoría, en una barrera cognitiva o en una desconexión absoluta del mundo, sino en cómo se transmite y en qué se insiste.
El análisis por género revela diferencias significativas que profundizan la comprensión del fenómeno. Las mujeres son más proclives a señalar que las noticias afectan negativamente a su estado de ánimo (31% frente al 19% en hombres) y a declarar sentirse agotadas por la cantidad de información disponible (29% frente al 21%). Este perfil sugiere una experiencia informativa más intensamente emocional, en la que el consumo de noticias se vincula al impacto psicológico que generan, más allá del contenido en sí mismo. En cambio, los hombres tienden a mostrar un enfoque más crítico en términos de contenido y forma. Un 28% de ellos menciona la desconfianza o el sesgo de los medios como razón principal para evitar las noticias, frente al 24% de las mujeres. Además, los hombres son también más propensos a considerar que las noticias no son relevantes para su vida, con un 11% frente al 8% en mujeres.
Esta divergencia de motivos sugiere que, si bien ambos géneros pueden llegar a evitar las noticias, lo hacen desde ángulos diferentes: las mujeres, por los efectos emocionales que les produce el consumo informativo; los hombres, por una evaluación más racional del valor, la utilidad o la fiabilidad de las noticias.