Los ataques hutíes contra Abu Dabi ponen a prueba la creciente proyección diplomática de EAU

Los ataques hutíes contra Abu Dabi ponen a prueba la creciente proyección diplomática de EAU

ARTÍCULO

04 | 03 | 2022

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Emiratos se encuentra en medio de una estrategia de recuperar una relación fluida con los principales actores de Oriente Medio

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Perfil urbanístico de Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos [Pixabay]

La capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Abu Dabi, fue objeto de ataques de drones por parte de las milicias hutíes los días 18 y 24 de enero. Ataques similares de ese grupo que combate en la guerra de Yemen ya se habían producido en Arabia Saudí, directamente implicada en ese conflicto, en un enfrentamiento indirecto con Irán, que apoya a los hutíes. La acción contra EAU, que no tiene frontera con Yemen, habla de un mayor alcance de posibles operaciones de castigo hutíes y de la dificultad de Abu Dabi de separarse de un conflicto que perjudica su ambición de mayor influencia en la región y puede poner en peligro su estabilidad interior.

Los letales ataques con drones llevado a cabo sobre Abu Dabi el pasado mes de enero de 2022 supone un riesgo para la estabilidad de Medio Oriente y puede perjudicar el intento de diversos países de la región, entre ellos Emiratos Árabes Unidos (EAU), de poner punto final a brechas conflictivas existentes desde hace años.

En los ataques, reivindicados por los rebeldes hutíes de Yemen, murieron tres personas a consecuencia de múltiples explosiones por el impacto de los drones contra camiones de combustible, muy cerca del aeropuerto internacional de Abu Dabi. Supusieron un intento de castigo por la participación que EUA tuvo en la guerra civil yemení y de la que no ha podido salirse del todo.

Los rebeldes hutíes son un movimiento adherido a la rama del islam chií, conocida como zaidismo, que nació como oposición a la influencia religiosa de Arabia Saudí en su país natal. Según el estimado de un informe de Chatham House de 2019, el grupo lo componen entre 180.000 y 200.000 hombres armados. En 2000 se transformaron en una milicia y lucharon entre 2004 y 2010 contra el expresidente yemení Ali Abdullah Saleh, el cual fue finalmente derribado en la Primavera Árabe de 2011. Sin embargo, en 2015, tomaron el control de la capital, Saná, tras haberse aliado con el presidente, al que asesinaron en 2017 al enterarse de su aproximación a la coalición saudí para terminar con la presencia terrorista en el territorio. A pesar de conseguir un amplio control sobre el país, declaran no tener intenciones políticas o gubernamentales en Yemen. Su lema es “Dios es grande, muerte a América, muerte a Israel, maldición sobre los judíos y victoria del islam”.

Los hutíes cuentan con el apoyo indirecto de Irán. Desde 2014, Teherán les suministra recursos económicos y armas y contribuye a su formación militar y los recursos económicos, si bien no está claro el grado de implicación del régimen iraní en la toma de decisiones de la milicia. Por otro lado, está Arabia Saudí, que recibe apoyo de nueve países de África y de Oriente Medio, incluido EAU, y sobre todo de Estados Unidos, para contrarrestar la presencia terrorista en el Golfo Pérsico, algo que escala las tensiones ya que los hutíes tienen el ‘antimperialismo’ como uno de sus principales argumentos de lucha.

En 2019, EAU retiró la mayoría de sus tropas de Yemen, tras concluir que la guerra, que no estaba doblegando a los rebeldes y tenía un elevado coste humanitario –miles de yemeníes muertos, desnutrición y propagación de enfermedades generalizadas–, era imposible de ganar. Sin embargo, recientemente Emiratos volvió a enviar una fuerza en apoyo a los grupos de Yemen que luchan contra los hutíes en las provincias más conflictivas y ricas en petróleo (Shabwa y Marib).

“La intervención de las fuerzas apoyadas por Emiratos Árabes Unidos fue un cambio de juego. Esto enfureció a los hutíes” dijo Maged al-Madhaji, director ejecutivo del Centro de Estudios Estratégicos de Saná. Por eso ahora los rebeldes hutíes han cumplido su promesa de represalias y han atacado a uno de los mayores aliados de Arabia Saudí.

Consecuencias de la acción hutí

Además de ser el primer ataque mortal que ha sufrido EAU en muchos años, los hutíes fueron capaces de demostrar el gran alcance territorial que pueden tener sus acciones. El grupo rebelde solo había efectuado este tipo de movimientos en distancias cortas, principalmente contra su vecino, Arabia Saudí. Una consecuencia inmediata fue el incremento del precio del petróleo, del que EAU es un importante productor, lo que provocó una reacción en cadena de diferentes líderes mundiales condenando los ataques.

Sheikh Abdullah bin Zayed, ministro de Asuntos Exteriores de EAU, solicitó a Washinton que se reclasificara a los hutíes como organización terrorista extranjera ya que, si bien durante los últimos días de la Administración Trump fueron clasificados como tales, el reconocimiento fue revocado por el presidente Joe Biden a inicios de su mandato.

Las mayores repercusiones se están produciendo en la agenda diplomática de EAU y su estrategia de pacificación de la región, de la que quizás es el estado más estable. Ha logrado evitar los desórdenes políticos que se han visto en algunos de sus vecinos y eso ha atraído a miles de expatriados e inversiones extranjeras multimillonarias. Muchos observadores argumentan que esta estabilidad se ha alcanzado gracias a la imposición de medidas nacionalistas y autoritarias que limitan algunos derechos, como la libertad de expresión; las autoridades del país responden que esas políticas permiten al país preservar su estabilidad en una región tan conflictiva como Oriente Medio. Esta imagen de solidez, sin embargo, se ha visto perjudicada por los recientes ataques.

Durante años, la poderosa y ofensiva política exterior de EAU, con intervenciones en lugares como Egipto, Yemen, Libia, Siria y el Cuerno de África, puso en peligro esa misma estabilidad que el país decía querer mantener. Pero cuando sus recursos petroleros se encontraron en la mira de las represalias iraníes, Abu Dhabi cambió rápidamente su estrategia diplomática regional.

Desde entonces, se ha dedicado a superar los desacuerdos de antaño. Ha hecho varias propuestas a Irán, entre ellas el nuevo envío de delegaciones de alto nivel a finales de 2021. Ha decidido también estrechar los vínculos con el presidente sirio, Bashar al-Assad, con el cual había cortado relaciones después de que EAU hubiera apoyado a los grupos armados que intentaron derrocarlo en la guerra civil de ese país. También ha intensificado la bilateralidad económica con Omán, país que se ha convertido en un importante mercado para el comercio de Emiratos.

EAU ha declarado en repetidas ocasiones que quiere ser una fuerza que contribuya decididamente a una desescalada de la región para promover la paz, la estabilidad económica y el crecimiento inversionista extranjero. Sin embargo, los ataques demuestran que la misión que tiene Abu Dabi no es fácil y que pasar la página de una década oscura, tensa y bañada en sangre, no será algo inmediato.