El miedo creado por Trump frena en seco la llegada de inmigración ilegal

El miedo creado por Trump frena en seco la llegada de inmigración ilegal

ARTÍCULO

17 | 11 | 2025

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La gestión de la percepción, y no un número récord de deportaciones, revierte el flujo migratorio

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Operación contra la inmigración ilegal en el norte del estado de Virginia [ICE]

La llegada de inmigrantes ilegales a la frontera de Estados Unidos con México se ha reducido drásticamente desde el regreso de Trump a la Casa Blanca. Su agresiva política de detenciones y expulsiones de inmigrantes sin papeles, que en muchos casos llevaban años viviendo en EEUU, ha tenido un inmediato efecto disuasorio. Si bien el volumen de deportaciones de momento está por debajo del de Biden y casi a la par del de Obama en sus periodos récord, ha sido sobre todo el impacto psicológico y social del mal trato y abuso exhibidos en las redadas lo que ha parado el flujo migratorio hacia la anteriormente ‘tierra prometida’: el miedo a que el sueño americano vaya a ser en realidad una terrible pesadilla.

La retórica, el bombardeo mediático y las políticas disuasorias han logrado reducir sustancialmente el número de personas que intentan atravesar furtivamente la frontera suroeste de EEUU (el límite con México). El cómputo de ‘encuentros’, como la autoridad fronteriza estadounidense denomina a la intercepción de esos inmigrantes (previamente utilizaba el término ‘aprehensiones’), muestra una notable caída, de un máximo mensual de 300.000 en diciembre de 2023, durante la Administración Biden, al alrededor de solo 10.000 que se está registrado mensualmente desde el comienzo de la nueva Administración Trump.

Durante su primer mandato, de enero de 2017 a enero de 2021, Trump publicitó mucho su prometido muro para la frontera con México, pero la presión de las caravanas migratorias llegadas desde Centroamérica no se detuvo. Solo al final de la presidencia, algunas políticas como las acordadas con México y con el Triángulo Norte centroamericano comenzaron a tener cierto efecto. En su segundo mandato, Trump ha optado por el gran impacto: las redadas indiscriminadas de agentes migratorios en los suburbios de las principales ciudades, con trato vejatorio e intimidatorio, que tiene atemorizada a buena parte de la población migrante, incluso la que reside en el país de manera legal.

Las operaciones de deportación han sido continua noticia, alarmando diariamente a los 14 millones de inmigrantes no autorizados que se calcula que viven en EEUU. En septiembre, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que se habían llevado a cabo 400.000 deportaciones y que 1,4 millones de inmigrantes se habían “autodeportado” ante el temor de ser expulsados sin previo aviso o incluso, en algunos casos, ser trasladados a prisiones de otros países como El Salvador; es decir, que en 250 días dos millones de extranjeros ilegales habían abandonado el país.

Colapso de llegadas

La alarma ante esta situación ha cortado en seco el flujo de nuevos migrantes ilegales hacia EEUU. Comparando los datos de ‘encuentros’ de los primeros nueve meses del segundo mandato de Trump con los datos del expresidente Biden en ese mismo espacio de tiempo en 2021, se ve un gran cambio migratorio. Mientras que en el arranque del gobierno de Biden se registraron 643.590 ‘encuentros’ bajo el Título 8 de la Ley de Inmigración (enero-septiembre de 2021), en el de Trump tan solo tuvieron lugar 147.139 (enero-septiembre de 2025). Es decir, considerando el mismo periodo y contexto de ambos, se ha producido una caída en la cantidad de ‘encuentros’ en la frontera suroeste del 77,13%. Esto parece indicar que las agresivas políticas y la retórica anti migratoria de la nueva Administración están logrando su propósito de disuadir a la población migrante de intentar entrar al país.

El gráfico que elabora la autoridad fronteriza estadounidense (US Customs and Border Protection) refleja muy bien esa caída, con un completo desplome del número de personas que son interceptadas cuando intentan entrar ilegalmente en el país en enero de 2025, mes en que tomó posesión nuevamente Trump y comenzó su drástica política migratoria. Los ‘encuentros’ cayeron por debajo de los 20.000 mensuales y se han venido manteniendo en ese reducido nivel los meses sucesivos (siempre se ha supuesto que el número de aprehensiones es un índice directo de la presión migratoria).

Por otra parte, cabe destacar que durante el mandato de Biden no hubo año en que las cifras de ‘encuentros’ no se incrementaran en relación al año anterior, aunque dicho aumento no fuera uniforme. Del año 2022 al 2023 se dio un incremento del 55,54%, mientras que del 2023 al 2024 fue del 11,64%.

Al analizar el perfil del inmigrante en cada presidencia, se observa que durante el mandato de Biden las categorías más destacadas entre migrantes de diversos países correspondían a individuos en una unidad familiar (FMUA) o a menores extranjeros no acompañados (UAC). Sin embargo, desde la llegada de Trump en todos los países la categoría predominante son los adultos solos, que representan al menos al 43%.

Así, con el endurecimiento de las medidas en materia migratoria, ya no solo hay menos gente intentando entrar al país, sino que además cambia el tipo de inmigrantes, siendo estos mayoritariamente adultos. Esto es coherente, pues ante la incertidumbre causada por las mayores dificultades para atravesar con éxito la frontera, los adultos solos que no tienen nadie que dependa de ellos muestran mayor predisposición a seguir adelante con el intento.

Darién y la migración reversa

La reducción de ‘encuentros’ en la frontera con México no implica que los flujos migratorios hayan desaparecido. Los factores ‘push and pull’ siguen operando y en vez de empujar a los migrantes a emprender viaje hacia un nuevo país, paradójicamente están sirviendo para abandonar su ruta. De esta manera, las políticas de Trump actúan como factor ‘pull’ no hacia un nuevo país, sino de vuelta a su país de origen en un fenómeno conocido como migración reversa.

En ese sentido, el efecto disuasorio no solo se observa en la frontera de EEUU, sino en toda la ruta migratoria. El Tapón del Darién —la tupida selva en la frontera de Panamá con Colombia, en los últimos años símbolo del flujo masivo desde Sudamérica hacia Norteamérica—, ha visto caer sus tránsitos por debajo de los 3.000 en los primeros meses de 2025, en drástico contraste con los 263.296 registrados durante el mismo periodo en 2024. Declaraciones tanto de las autoridades panameñas como de las colombianas confirman este nuevo flujo de retorno desde EEUU o desde países de tránsito a sus países de origen. El gobierno de Panamá dio por cerrada en marzo la ruta del Paso del Darién.

Esta tendencia queda también respaldada en los monitoreos realizados por ACNUR. En marzo de 2024, ACNUR afirmó que 8 de cada 10 encuestados expresaron que, de no poder llegar a su país de destino, esperarían a que se les permitiera proceder. En cambio, en enero de 2025, solo 2 de cada 3 encuestados declararon que esperarían, lo que supone una reducción del 13,34%. Datos como estos revelan la desesperanza en el tránsito hacia EEUU y pone de manifiesto que los migrantes valoran cada vez menos quedarse en países de tránsito, prefiriendo regresar a su país de origen.

La percepción

El núcleo de la estrategia del presidente Trump son las deportaciones y las amenazas de deportación. Estas medidas son de real importancia, pues son acciones concretas que lleva a cabo el Departamento de Seguridad Nacional a través de cuerpos de seguridad como ICE, OFO y USBP, para expulsar a personas del país y abordar la migración de la manera más extrema.

Sin embargo, los datos revelan una paradoja: la administración Trump no es la que más deporta. El objetivo declarado de 600.000 deportaciones para el primer año del regreso de Trump a la Casa Blanca no superaría el récord del año fiscal 2024 bajo la Administración Biden, que fue casi de 700.000 deportaciones. De hecho, el último dato ofrecido por Seguridad Nacional el 27 de octubre de 2025 de 527.000 deportaciones en los diez primeros meses de presidencia también estaría por debajo de las llevadas a cabo por el presidente Obama en el año fiscal 2014, con 577.295 deportaciones, si bien probablemente estas sean superadas al completarse 2025.

Es importante recordar que, en la migración, uno de los aspectos más importantes son las percepciones, pues al final los migrantes no conocen la realidad del país de destino y solo saben de él por las noticias que les llegan. De esta forma, explotando las percepciones, pareciera que la Administración Trump está logrando su cometido de frenar la inmigración en su frontera suroeste.

Esa percepción está afectando también a la población estadounidense de origen migrante que vive legalmente en el país, especialmente la de origen hispano, que es mayoritaria. Las elecciones celebradas el 6 de noviembre para la alcaldía de Nueva York y las gobernaturas de Virginia y Nueva Jersey revelaron la desafección de una parte del votante latino que un año antes había apoyado la elección de Trump.