Cuba, incapaz de recuperar el turismo que tuvo antes de la pandemia

Cuba, incapaz de recuperar el turismo que tuvo antes de la pandemia

ARTÍCULO

14 | 11 | 2025

Text

La crisis y los apagones ahuyentan a los turistas, sin los cuales la isla se hunde más económicamente: menos ingresos y divisas

In the image

Vista del centro de La Habana [Yuting Gao]

A diferencia del resto del Caribe, Cuba no ha logrado restituir el turismo que tenía antes de la pandemia de Covid-19. Si en 2019 alcanzó 4,2 millones de visitantes internacionales, solo llegó a 2,4 millones en 2023; en 2024 se quedó por detrás y todo indica que en 2025 volverá a retroceder. Controlado el turismo por empresas estatales, vinculadas al Ejército cubano, la reducción de ingresos y de divisas podría estar generando un clima de tensión entre la nomenclatura.

El turismo internacional ha impulsado la economía cubana - ha traído divisas, ha generado empleos y ha aportado al conjunto de servicios de la isla. Los últimos datos registran una caída clara. A la baja, se suma el frenazo brusco de la pandemia por COVID-19 y un entorno interior lastrado por fallos de infraestructura, conectividad y energía que han ido retardando la recuperación. El informe revisa la trayectoria del turismo en Cuba desde 2019 hasta hoy, examina los factores que han fijado la situación actual del sector y perfila sus perspectivas venideras.

Panorama general del turismo previo a la pandemia (2019)

En 2019 Cuba recibió 4.275.558 turistas extranjeros, 9,3 % menos que en 2018, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) recogidos por el Caribbean Council. Esa caída interrumpió la subida constante que se había visto antes del cierre del tráfico de cruceros norteamericanos y de la revisión de algunas medidas aperturistas hacia la isla puestas en marcha durante la Administración Obama.

La segunda mitad del año mostró un viraje claro —los números mensuales de 2019 indican que en junio bajó un 19,8 % frente al mismo mes del año anterior; en agosto la bajada alcanzó el 27 %, y en diciembre se situó en el 16,8 %—, lo que prueba que la desaceleración empezó antes de la pandemia. Esa pérdida de fuerza tuvo un motor principal: en junio de 2019 la Administración Trump vetó los cruceros con destino a Cuba y eliminó la licencia general ‘persona a persona’, lo que provocó un descenso inmediato de vuelos y de viajeros desde Estados Unidos.

Aunque el mercado canadiense y el europeo seguían aportando visitantes (los canadienses representaron más del 26 % de los ingresos en 2019, con 1.119.853 turistas), la suma de la restitución de todos los elementos del embargo norteamericano, la competencia de otros destinos caribeños y el deterioro de hoteles y aeropuertos dejaron al turismo cubano en una posición débil antes de que el coronavirus cerrará el flujo de viajes.

Impacto de la COVID-19 en el sector turístico cubano (2020-2021)

La pandemia llegó en marzo de 2020 y de inmediato cortó la afluencia de viajeros hacia Cuba. La Universidad de Columbia, tras varias encuestas, calculó que los extranjeros que pisaron el país cayeron de 4,3 millones en 2019 a menos de 1,1 millones en 2020: frontera cerrada y parón total del turismo durante la mayor parte del año. En noviembre de 2020 abrieron una parte de las instalaciones hoteleras, pero las normas sanitarias y los impedimentos para operar siguieron reduciendo el número de llegadas.

En 2021 apenas repuntó: la ONEI contó 356.470 visitantes extranjeros, cifra bastante menor incluso comparada con islas más pequeñas del Caribe. Las causas fueron las exigencias establecidas, como hisopados, días de cuarentena y un número limitado de vuelos, al tiempo que los pocos viajeros disponían de poco dinero y de escasas ganas de moverse.

Para suavizar el golpe y devolver la confianza, el Ministerio de Turismo lanzó el programa ‘Turismo Más Higiénico y Seguro’. Se visitaron hoteles, restaurantes y agencias; los establecimientos que cumplían los protocolos recibían un sello, aun así la dinámica no se aceleró. Al término de 2021 el sector seguía trabajando a una fracción del ritmo de antes de la pandemia.

Recuperación y reestructuración del turismo (2022-2023)

Recobrada la normalidad de las actividades, 2022 marcó el inicio del rebote. Ese año Cuba registró 1.614.087 visitantes internacionales, muy por encima de 2021, pero aún lejos del nivel prepandemia. La propia serie oficial muestra que la recuperación se concentró en el segundo semestre, con la reactivación gradual de rutas y polos como La Habana y Varadero. El repunte se acompañó de más pernoctaciones y utilización hotelera, aunque desde una base todavía baja.

En 2023, el avance fue más nítido: el cierre anual consignó 2.436.980 visitantes internacionales, con crecimiento del 51 % interanual, confirmando el despegue de la demanda, junto a un salto de pernoctaciones de 8,44 millones (2022) a 13,73 millones (2023). Estas cifras reflejan mayor estancia media y recuperación de paquetes turísticos, si bien siguen por debajo de 2019. Por ende, la estructura continuó dependiendo de Canadá como principal mercado, mientras Rusia reapareció como emisor relevante en la estrategia de diversificación.

La fotografía de 2022–2023 es la de una recuperación parcial con reconfiguración de mercados. Cuba logró ampliar volúmenes y noches de hotel debido a la normalización del transporte y la reapertura global, pero las cifras del sector quedaron aún a distancia de 2019, afectado por la lentitud en la normalización de la conectividad y otros choques externos (sanciones, tensiones de oferta).

Situación actual y tendencias (2024-2025)

Las perspectivas de una restitución de los niveles previos a la pandemia para así retomar de nuevo impulso, como estaba ocurriendo en el resto de destinos turísticos del Caribe, no se cumplieron y 2024 terminó sin alcanzar los objetivos marcados. Reuters estima que Cuba llegó a 2,2 millones de turistas extranjeros, cuando la meta era 3,2 millones y todavía queda lejos del nivel de 2019. La escasez de luz, de alimentos y de transporte, sumado a la reducción de vuelos y cupos de paquetes permitidos, frenó la llegada de personas. Durante los primeros cuatro meses ingresaron 1.024.396 viajeros, un 4,1 % más que en el mismo lapso del año anterior, pero tras abril el flujo bajó y no repuntó.

En 2025 los datos oficiales muestran menos llegadas. Hasta agosto la ONEI contó 1.259.972 visitantes extranjeros, 21,6 % menos que en el mismo período del año anterior, lo que sugiere que no solo no se logrará la meta de alcanzar 2,6 millones en todo el año, sino que además las cifras de 2025 quedarán moderadamente por debajo de las de 2024.

El Gobierno ha intentado mejorar las cifras promoviendo el turismo desde Asia: en la feria FITCuba 2025, subrayó el interés por el mercado chino (nuevo vuelo de Air China y viaje sin visa). De todos modos, los esfuerzos se están demostrando insuficientes: la realidad de la peor crisis económica que vive el país desde su independencia y los continuos apagones eléctricos que sufre la isla, especialmente desde mediados de 2022, no son los mejores reclamos turísticos.

Las tendencias de fondo se resumen de la manera siguiente: i) la demanda reacciona con facilidad ante cortes de energía o de abastecimiento, lo que daña la experiencia del visitante y la reputación del destino; ii) el turismo depende de pocos mercados (Canadá sigue siendo el principal) y la diversificación avanza lentamente; iii) los vuelos llegan de forma irregular, sin frecuencias estables; iv) se reparan servicios básicos y se estabiliza la red eléctrica para que la promoción se traduzca en turistas reales, pero la infraestructura energética muestra sus deficiencias.