Los envíos de petróleo mexicano evidencian la crisis energética de Cuba

Los envíos de petróleo mexicano evidencian la crisis energética de Cuba

ARTÍCULO

22 | 01 | 2024

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A pesar de la menor producción de Pemex, López Obrador acude en ayuda de la isla sin aclarar qué ingresos recibirá México

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Los mandatarios de Cuba y México en un acto oficial en Campeche, en febrero de 2023 [Presidencia de México]

La crisis energética cubana –un aspecto más de la penuria que atraviesa la isla– requirió en 2023 el auxilio petrolero de México. Sin bastar los hidrocarburos enviados normalmente por Venezuela y más esporádicamente por Rusia, el régimen cubano pidió ayuda a Andrés Manuel López Obrador. En su final de mandato, López Obrador se ha volcado con Cuba, con más de 3 millones de barriles de crudo y derivados, remitidos cuando la producción de Pemex sigue cayendo y los ingresos de sus exportaciones han disminuido. México no ha aclarado en qué condiciones de pago entregó esos cargamentos ni si continuará con ellos a lo largo de 2024 si La Habana lo solicita.

Los problemas de abastecimiento y generación de energía habituales de Cuba se vieron incrementados notablemente en agosto de 2022 con el incendio de los depósitos de combustible en la base de supertanqueros de Matanzas. El incendio se prolongó durante cinco días, con un balance final de 2 fallecidos, 14 desaparecidos, más de 100 heridos y más de 4.000 desplazados debido a los cientos de viviendas que se vieron afectadas. Además de los equipos de emergencia cubanos, se involucraron también en la extinción unidades procedentes de México y de Venezuela.

El accidente agravó ese verano las fallas eléctricas y los cortes de luz, pues Cuba es uno de los países del mundo que más usa los hidrocarburos líquidos para la producción eléctrica, constituyendo el 85% de la generación. Si bien las estadísticas gubernamentales señalan que el 100 % de la población cubana tiene acceso a una fuente de electricidad capaz de proporcionar iluminación básica y cargar un móvil o mantener una radio encendida por un mínimo de cuatro horas, lo cierto es que los apagones son frecuentes desde hace décadas. Estos cortes han aumentado con la crisis energética, al punto de en 2019 el gobierno decidió implementar un plan de racionamiento por horas que se mantiene hasta hoy.

Sin apenas hidrocarburos propios —extrae solo alrededor de 40.000 barriles diarios– y generalmente con pocas divisas, el régimen castrista ha dependido siempre de la ‘generosidad’ de países amigos. Así, entre 1959 y 1989 Cuba contó con el petróleo ruso subsidiado por Moscú. Cuando cayó la URSS, la isla entró en una profunda crisis económica, el «periodo especial» de penuria que tuvo lugar en la década de 1990. Después el petróleo venezolano empezó a llegar con Hugo Chávez: unos 100.000 barriles diarios sin apenas coste. Pero la crisis en Venezuela a partir de 2015 puso de nuevo a Cuba a la búsqueda de otros donantes: Rusia reanudó entonces moderadamente su cooperación, remitiendo algunos suministros; ahora ha tenido que sumarse México. La Habana asegura que ya ha superado la situación excepcional de falta de generación eléctrica, pero algunos nuevos apagones hablan de una infraestructura deficiente no resuelta.

Venezuela y Rusia

Desde verano de 2022, cuando se produjo el incendio de Matanzas, Rusia ha protagonizado envíos frecuentes, como el buque ‘Kazan’, con una carga estimada de 700.000 barriles, y el buque cisterna ‘Transsib Bridge’, con 300.000 barriles de diésel, que llegaron a Cuba en septiembre de 2022, o el supercarguero ‘Limo’, que en mayo de 2023 transfirió 800.000 barriles. En junio de 2023 La Habana y Moscú alcanzaron un acuerdo por el que Cuba recibiría anualmente de Rosneft 1,64 millones de toneladas de crudo y derivados, lo que podría suponer una media de 32.000 barriles diarios, dependiendo de la calidad del combustible.

El acuerdo con Rusia buscaba compensar los menores envíos que Venezuela estaba realizando: en septiembre de 2023 el suministro venezolano llegaría a un tope de 86.000 barriles diarios, pero el año arrancó en enero con 40.000 barriles diarios y se alcanzó un mínimo de 32.000 barriles diarios en octubre. Como precisa Jorge Piñón investigador de la Universidad de Texas, Cuba necesita unos 140.000 barriles diarios para satisfacer su demanda, por lo que dada su baja producción requiere importar unos 100.000 barriles diarios.

Se cuenta con que gracias a las nuevas licencias que primero Estados Unidos dio para que Chevron pudiera operar con Pdvsa y al alivio de las sanciones decidido después por Washington, que también liberan operaciones de Repsol y Eni, Venezuela podrá incrementar sus envíos de crudo, fueloil, gasóleo y gasolina. De todos modos, en ocasiones el régimen cubano vende parte del petróleo venezolano que recibe (supone un negocio, pues lo vende a precio de mercado cuando en realidad lo ha obtenido sin coste). Así, dadas las dificultades de almacenamiento experimentadas por Cuba tras el incendio de Matanzas, es posible que Cuba revendiera algunos cargamentos venezolanos llegados antes de mediados de 2023 por la necesidad de hacer espacio para los 800.000 barriles de crudo ruso de alta calidad que estaban a punto de entregarse, segúnapunta Jorge Pinón.

México

Los envíos desde México constan desde marzo de 2023, aunque el Gobierno mexicano apenas ha aportado información al respecto. Los rastreos de petroleros que parten de instalaciones de Pemex y llegan a Cuba sugieren la entrega de al menos 3,2 millones de barriles de petróleo y derivados a lo largo del pasado año. Los primeros traslados sumaron 2,81 millones de barriles; en septiembre se registró un envío de Pemex al puerto de Cienfuegos utilizando tanquero cubano ‘Vilma’, que transportó 350.000 mil barriles desde Veracruz hasta la isla; en diciembre, desde el puerto mexicano de Coatzacoalcos llegaron 54.755 barriles de crudo a bordo del buque ‘La Esperanza’.

Estas operaciones fueron polémicas por dos razones: por un lado, la falta de transparencia por parte del Gobierno de López Obrador, que no se refirió a esos envíos hasta que fueron revelados por los medios y sigue sin aclarar qué pago recibe a cambio de ellos; por otro lado, la posible vulneración de las sanciones que Estados Unidos mantenía hasta finales del año pasado sobre la actividad del sector petrolero venezolano.

En cuanto a este último aspecto, algunas versiones iniciales indicaron que el suministro mexicano había molestado a Estados Unidos y que como castigo Washington había cancelado un préstamo de 800 millones de dólares que el banco público estadounidense de exportación e importación, Eximbank, había aprobado otorgar a Pemex. No obstante, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, aseguró de inmediato que el préstamo no se otorgaba porque al final la empresa había decidido no solicitarlo; eso mismo ratificó Eximbank, que además negó que los envíos de Pemex contravinieran las disposiciones de Estados Unidos, pues “la ayuda humanitaria a Cuba no se considera una violación de las sanciones estadounidenses”, de forma que no habría impedido la concesión del crédito si finalmente hubiera sido solicitado.

Por lo que se refiere al pago de Cuba por el petróleo recibido de Pemex, ha existido la duda de si los barriles entregados constituían una donación al régimen cubano, o si la compañía mexicana realmente esperaba una retribución de parte del Gobierno de Díaz-Canel. El Gobierno de López Obrador no ha aclarado si estos barriles son ventas con crédito a largo plazo o parte de un convenio bilateral de cooperación exterior entre México y la isla. En cualquier caso, el presidente mexicano ha negado que los envíos fueran donaciones, y pareció vincularlo a un intercambio de favores —petróleo a cambio de los médicos cubanos presentes en México–, en términos similares a lo que ocurre entre Venezuela y Cuba: “Si nos dicen: ‘Véndannos [sic] petróleo porque no tenemos cómo adquirirlo’, claro que sí. Cuando les pedimos nosotros: ‘Ayúdennos porque no tenemos médicos especialistas…’ Incluso, cuando la pandemia, vinieron médicos y están trabajando médicos cubanos especialistas en nuestro país, y les agradecemos mucho”. 

El estado de producción y financiero de Pemex en realidad aconseja poco derroche. La producción de hidrocarburos líquidos propios bajó en 2023 a 1,57 millones de barriles diarios de media (con diciembre aún por computar), frente a los 1,66 millones de 2022 y los 1,8 millones de 2018, continuando así un declive que se acentúa cada año. Se estima que los ingresos por exportación de crudo en 2023 quedaron por debajo de los de 2022.

Pero la operación de López Obrador es política. El presidente mexicano, que concluirá el sexenio a final de 2024, ha ido aumentando sus relaciones con el gobierno de Díaz-Canel. Aparte de los envíos de petróleo, ha fomentado la ayuda a la isla con donaciones de tipo agrícola como el programa ‘Sembrando Vida’. Cuba ha sido además uno de los pocos países que López Obrador, un mandatario que inusualmente reúsa viajar al extranjero, ha visitado como presidente.