Lo granular como base del conocimiento geopolítico

Lo granular como base del conocimiento geopolítico

RESEÑA

19 | 01 | 2023

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En un viaje por la costa adriática, de Rimini a Corfú, Kaplan rastrea la influencia aún viva de los imperios que articularon el sudeste europeo

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Portada del libro de Robert D. Kaplan ‘Adriático. Claves geopolíticas del pasado y el futuro de Europa’ (Barcelona: RBA, 2022) 416 p.

El último libro de Robert Kaplan, consideraciones en torno al entorno del mar Adriático, marca la trayectoria del autor hacia un mayor intelectualismo, presente en obras previas pero que esta vez le aleja más del reportaje periodístico –ciertamente ilustrado o culto– habitual en sus libros de viajes y en otras entregas en las que siempre se destilan consideraciones geopolíticas. El subtítulo escogido para la edición española, “Claves geopolíticas del pasado y el futuro de Europa”, puede conducir a la frustración de lectores que esperen un ensayo al uso. El subtítulo de la edición original en inglés –“Un concierto de civilizaciones al final de la edad moderna”– indica mejor el tono de las páginas interiores. Esta vez Kaplan permanece más en el pasado: el pretérito ya no es tanto el arranque para abordar asuntos del presente y su proyección futura, como el objeto de interés mismo, si bien el autor apunta igualmente aquí imperativos culturales que se perpetúan en el tiempo.

Es posible que Kaplan tenga la sensación de que una vez dicho lo sustancial sobre cómo la geografía condiciona la geopolítica (ahí están sus composiciones más generales de ‘La venganza de la geografía’ o ’El retorno al mundo de Marco Polo’, pero también sus enfoques regionales de ‘Monzón’, ‘Asia's Cauldron’ o ‘Fantasmas balcánicos’) no haya mucho más que decir en ese nivel de conocimiento y quiera dedicarse a catas más singulares y profundas.

¿Cómo abordar la “sobrecogedora visión” de la confrontación geopolítica actual?, se pregunta. Y responde: “Yendo a lo local en lugar de a lo global. Profundizando en las peculiaridades históricas y estéticas de cada sitio, en lugar de perder la textura en alguna aproximación anodina, abstracta, formularia y global”. “La visión macro requiere una base de conocimiento granular”, añade. Y explica así su mayor entretenimiento esta vez en el pasado: “Después de todo, las ruinas son mucho más interesantes que lo que es obvio y está sobre el suelo. Solo las ruinas pueden poner en perspectiva lo que está a la vista”.

Y un último apunte sobre la forma, pues en ‘Adriático’ hay una insistencia en referir lecturas que precedieron, acompañaron y siguieron a los viajes que el autor realizó entre 2016 y 2018. “Viajar lleva a los libros y buenos libros te llevan a otros buenos libros. Y así, he llegado a ser un obsesivo lector de bibliografías”. La obra, pues, es un compendio de experiencias personales, lecturas y referencias bibliográficas, recordando el carácter del célebre ’Danubio’, de Claudio Magris, con quien Kaplan se reúne en Trieste en su relatada visita al antiguo puerto del Imperio Austrohúngaro.

Precisamente el capítulo centrado en Trieste, dedicado a la “complejidad geográfica” de Italia, es el que recuerda más a enfoques previos del autor, si bien por el libro quedan repartidas consideraciones útiles para entender los condicionantes geopolíticos que explican los comportamientos que luego han seguido las naciones. Se trata de un viaje que comienza en Rimini, sigue por Ravena y Venecia y luego recorre la costa oriental del Adriático, de Eslovenia hasta la isla griega de Cofú, frente al límite con Albania. Las reflexiones de Kaplan tienen en cuenta especialmente lo ocurrido en este espacio geográfico en la era moderna, en la que el mar Adriático fue puerta de los imperios Otomano y de Austria-Hungría. “El Adriático define Europa central y del Este tanto como lo hacen el Báltico y el Mar Negro”.

“Verdaderamente, el Adriático se está convirtiendo en un cuello de botella del comercio internacional y de los intereses geopolíticos”, dice Kaplan. Pero en lugar de “teorizar” sobre el regreso de China y Rusia a la categoría de grandes potencias, el autor sigue el camino “contrario”: “Así, justo cuando el Adriático está a punto de alcanzar una nueva relevancia global, he decidido emplearlo a modo de metáfora geográfica de una época que estamos viviendo: la Edad Moderna en Europa. Solo entendiendo lo que está pasando podremos analizar mejor lo que está por llegar”.