Embajador de EEUU y espía para Cuba

Embajador de EEUU y espía para Cuba: Una de las infiltraciones ‘de mayor nivel y duración’

ARTÍCULO

20 | 03 | 2024

Texto

Rocha, colombiano y nacionalizado estadounidense en 1978, espió para la isla desde el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y embajadas

En la imagen

Rocha, captado durante una conversación con un agente encubierto [FBI]

INFORME SRA 2024 /  [versión en PDF]

° Las investigaciones apuntan a que comenzó a trabajar secretamente para La Habana desde que en 1981 pasó a ser funcionario del servicio exterior estadounidense.

° Durante cuarenta años, primero como diplomático y luego ya en el sector privado, Rocha estuvo sirviendo los intereses cubanos; fue también consejero del Comando Sur.

° El exembajador ha admitido su culpabilidad ante el juez y ha pactado una reducción de cargos, lo que podría disminuir la pena de un máximo de 60 años a solo un tercio.

Durante sus dos décadas en el Departamento de Estado y un corto paso por el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, y luego otras dos en el sector privado utilizando sus conexiones gubernamentales, Víctor Manuel Rocha nunca generó sospechas de su actividad secreta en favor de Cuba. El 4 de diciembre de 2023, tres días después de su detención, el fiscal general estadounidense, Merrick Garland, presentó el caso como “una de las infiltraciones de mayor nivel y duración en el Gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”. Rocha, de 73 años, ha acabado admitiendo los principales cargos, que le pueden dejar el resto de su vida en prisión.

De momento no ha trascendido qué informaciones sensibles pudo trasladar a La Habana durante su carrera diplomática en varias embajadas y en otros destinos del Departamento de Estado. Su caso recuerda el de Ana Montes, la analista de alto rango de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) estadounidense detenida en 2002 por espiar también para el régimen castrista. Y se une así al elenco de espías en favor de Cuba detectados en Estados Unidos, en el que también tienen un lugar destacado los ‘Miami Five’, los cinco oficiales de inteligencia cubana detenidos en 1998.

Consejo de Seguridad y embajadas

De orígenes humildes, Rocha nació en Bogotá en 1950. A los diez años, tras la muerte de su padre, se mudó junto con su madre y sus hermanos a la ciudad de Nueva York. Residieron en una vivienda subvencionada de Harlem, en un ambiente predominantemente negro; su madre trabajaba en una fábrica de costura y recibían ayuda federal para comida. Después de los disturbios de Harlem en 1964, a Rocha se le otorgó una beca que promocionaba estudiantes de minorías, lo que le dio acceso a una buena educación. Destacó en sus estudios en Yale, Harvard y Georgetown. En 1978 terminó una maestría en Servicio Exterior, que se unía a otra en Administración Pública, y se naturalizó como ciudadano estadounidense.

En 1981 comenzó su carrera como funcionario en el Departamento de Estado. Estuvo en diferentes puestos en las embajadas de República Dominicana, Honduras y México. Durante la Administración Clinton, en 1994-1995 se desempeñó como director de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional, y entre 1995 y 1997 fue el principal adjunto de la Sección de Intereses de Estados Unidos en la embajada de Suiza en La Habana, que en ese momento y hasta 2015 fue la embajada ‘de facto’ estadounidense en la isla. Luego marchó a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y en 2000 ascendió a la titularidad de embajador, al frente de la legación en Bolivia.

En este país protagonizó una controversia ahora revisitada con su detención. Durante las elecciones presidenciales de Bolivia de 2002, Rocha fue acusado de haber ayudado al candidato de izquierda Evo Morales por unas declaraciones en las que afirmó: “Quiero recordarle al electorado boliviano que si elige a los que quieren que Bolivia vuelva a ser un exportador de cocaína pondrá en peligro la ayuda de Estados Unidos”. El comentario, que podía verse como ejemplo de la tan criticada prepotencia e injerencia estadounidense, se estimó contraproducente, pues el candidato del Movimiento al Socialismo y dirigente del sindicalismo cocalero, que iba en tercer lugar, acabó segundo (terminaría ganando en las siguientes elecciones para quedarse en el poder hasta 2019).

No queda claro si esa intervención de Rocha fue una estrategia política para beneficiar a los regímenes de izquierda en Latinoamérica o se trató de un error de comunicación. En cualquier caso, la recién llegada Administración Bush decidió cambiar su representante en Bolivia y ese mismo año, después de dos décadas como diplomático, Rocha se mudó a Miami y pasó al sector privado.

Así, trabajó para varios bufetes de abogados y estableció su propia empresa de importaciones. Entre 2012 y 2018 estuvo Santo Domingo gestionando una empresa minera canadiense, donde adquirió también la nacionalidad dominicana. Además, Rocha siguió manteniendo cierta actividad pública, como miembro del ‘think tank’ Consejo de Relaciones Exteriores, de la junta asesora de la Universidad de Miami y de su Proyecto de Transición Cubana, una iniciativa del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de esa universidad que, con fondos gubernamentales, se dedica a estudiar y hacer recomendaciones para la reconstrucción de Cuba una vez terminada la dictadura. Fue también asesor especial del Comando Sur de Estados Unidos.

Trampa y arresto

Es posible que la relación con Cuba de Rocha comenzara mucho antes que su carrera diplomática y su naturalización como estadounidense. Pudo empezar en Chile en 1973, impactado por el golpe de estado liderado por Pinochet contra el socialista Salvador Allende. En cualquier caso, las autoridades estadounidenses sitúan en noviembre de 1981, cuando Rocha pasó a ser funcionario del Departamento de Estado, el momento en que comienza a recolectar información para el gobierno cubano.

Ya finalmente sobre la pista del exembajador, en una operación encubierta en noviembre de 2022, un agente del FBI se hizo pasar por un empleado de la Dirección General de Inteligencia. Concertada una llamada, el agente habló a Rocha de un problema ficticio que estaba ocurriendo en la embajada de Cuba en Santo Domingo. A esto le siguieron tres reuniones que se sucedieron hasta junio de 2023. Cerrando el cerco, el Servicio de Seguridad Diplomática invitó a Rocha a una entrevista el 1 de diciembre de 2023, en la que él negó sus reuniones previas con el agente encubierto. Ese mismo día el FBI formalizó su denuncia en el tribunal del Distrito Sur de Florida y Rocha fue arrestado en Miami.

El fiscal general Garland anunció que el Departamento de Justicia respondería de manera implacable a la traición de Rocha; por su parte, este optó inicialmente por negar cualquier actividad delictiva. El 29 de febrero, no obstante, aceptó su culpabilidad a cambio de que la Fiscalía retirara parte de la acusación. Admitió los dos principales cargos presentados contra él, relativos a la conspiración para actuar como agente de un Gobierno extranjero, que pueden suponer una pena máxima de entre 5 y 10 años de prisión cada uno; la Fiscalía aceptó retirar otros 13 cargos, vinculados a fraude electrónico y declaraciones falsas.

Del caso no ha transcendido información y algunas conjeturas han sugerido la posible vinculación de Rocha con determinados episodios. La viuda del opositor Oswaldo Payá ha declarado que el atentado contra este, llevado a cabo por el régimen castrista en 2012 simulando un accidente de coche, podría haberse realizado con información estadounidense sobre los movimientos de Payá filtrada por Rocha.

Otros espías

La investigación de la Fiscalía sigue patrones semejantes a los de casos previos de espías cubanos. En 2002 se produjo la condena contra la analista de alto rango de la DIA, Ana Montes, quien confesó haber filtrado información clasificada de esa agencia de inteligencia militar al régimen cubano. Los ataques del 11 de septiembre de 2001 llevaron a Estados Unidos la ser más estricto en el manejo de la información en sus agencias y eso permitió el arresto de Montes. Aunque la espía nacida en Alemania Occidental no tuvo que ver con el 11-S, su puesto le habría dado acceso después, de haber seguido en él, al planeamiento de la invasión de Afganistán. Fue liberada en enero de 2023.

Otro conocido caso es de los ‘Miami Five’ detenidos en 1998 y cuya actividad de espionaje entre el exilio en Florida, como oficiales de inteligencia castrista, fue admitida por La Habana en 2001. Se trataba de un anillo de espionajecubano que fue conocido como Red Avispa. Su juicio resultó cuestionado en la instancia de apelación por “prejuicios”, pero su condena se mantuvo por el pleno del tribunal. Uno de ellos fue puesto en libertad en 2011 y otro en febrero de 2014. Los otros tres fueron entregados a Cuba en diciembre de 2014, en un canje que sellaba el acuerdo entre Barack Obama y Raúl Castro para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.