Brasil incrementa extracción de coltán_Reportaje

Brasil incrementa su extracción de coltán, empujado por la inversión china

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01 | 12 | 2021

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Primer productor mundial de columbita y segundo de tantalita –los dos componentes del coltán–, Brasil destaca en una producción minera estratégica que en Colombia y Venezuela explota la minería ilegal

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El coltán se conoce como el “oro azul” por el color que le dan sus componentes minerales

Estudios geológicos sugieren la existencia de reservas de coltán –un recurso estratégico para la alta tecnología– en diversas partes de Sudamérica, pero es en Brasil donde se da en mayores depósitos y donde su extracción se he incrementado notablemente en los últimos años, con intervención de algunas empresas chinas. Brasil es el primer productor mundial de columbita y el segundo de tantalita, tras la República Democrática del Congo. También hay yacimientos de coltán, a mucha menor escala, en la frontera entre Venezuela y Colombia, donde operan grupos armados y se ha extendido la minería ilegal.

El coltán, también conocido como “oro azul” o “el petróleo de barro”, es una roca en la que se presentan dos minerales estratégicos, la columbita (que contiene el elemento niobio o columbio) y la tantalita (su elemento es el tántalo o tantalio), de ahí su nombre. No es abundante, por lo que dada su gran utilidad para las nuevas tecnologías –esencial para condensadores y chips–, constituye un material muy buscado y altamente cotizado (alrededor de 60.000 dólares por tonelada). Su extracción ha alimentado el conflicto armado en la República Democrática del Congo, que dispone de las mayores reservas. Pero si bien la RDC produce sobre todo tantalita, Brasil es un gran productor también de columbita.

La columbita es un mineral que se usa especialmente en aleaciones de acero con el fin de poder aumentar la resistencia de tubos industriales o componentes de aeronaves; se puede encontrar también en turbinas, aparatos electrónicos y en las baterías que, por ejemplo, está desarrollando la industria automovilística. Brasil es su mayor productor (alrededor del 91% de la producción mundial), seguido de Canadá (8%), de acuerdo con el informe global para 2021 del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Brasil pasó a obtener en 2019 una producción récord de 90.000 toneladas, un incremento del 30% respecto a las 60.000 toneladas anuales de los ejercicios previos. La estimación para 2020 preveía un descenso debido al menor ritmo tanto de la actividad minera como de las cadenas de fabricación a raíz de los confinamientos provocados por la pandemia. Con todo, la extracción podría haber alcanzado las 71.000 toneladas. El USGS otorga a Brasil unas reservas de hasta 16 millones de toneladas de columbita. El siguiente país en producción es Canadá, con un volumen los últimos años de entre 6.000 y 8.000 toneladas; sus reservas rondan los 1,6 millones de toneladas.

El Gobierno de Jair Bolsonaro ha dado una gran importancia al posicionamiento de Brasil en la extracción y venta de minerales estratégicos. Ya en 2016, cuando era candidato presidencial, Bolsonaro hizo una visita a la empresa líder en producción y enriquecimiento de columbita, la Compañía Brasileña de Metalurgia y Minería (CBMM). Allí comentó que ese mineral “podría ser más importante que el petróleo” y que la zona brasileña de mayor producción se conocería algún día como “Niobium Valley”.

A pesar de las reticencias manifiestas de Bolsonaro a abrir a la inversión china sectores considerados sensibles, lo cierto es que ya en 2011 la empresa China Niobium Investment Holdings Ltd. adquirió el 15% de CBMM, pasando así a tener intereses en el principal centro productor de columbita de Brasil, en la ciudad de Araxá, en el estado de Minas Gerais. Esa compra de 1.950 millones de dólares le permitió participar en la producción del 75% del ferroniobio mundial. Por su parte, otra sociedad china, la China Molybdenum (CMOC), adquirió en 2016, por 1.500 millones de dólares, las operaciones mineras en los otros dos núcleos brasileños de producción de columbita, en Catalão y Ouvidor, en el estado de Goiás, pasando a controlar el 10% de la producción mundial. Un tercio de la producción brasileña está destinada a China y otro tercio se exporta a Europa.

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Tablas de elaboración propia con información del servicio geológico de EEUU (USGS). Arriba, mapa del servicio geológico francés (BRGM)

En cuanto a la tantalita, Brasil sobrepasó en 2019 la producción de Ruanda, convirtiéndose así, con una cifra récord de 430 toneladas que cuadruplicaba el volumen de solo dos años antes, en el segundo productor mundial después de la República Democrática del Congo, según el informe del USGS. Los tres países mencionados produjeron el 77% de la tantalita extraída mundialmente. Brasil, que cuenta con unas reservas estimadas de 99.000 toneladas, es el principal proveedor de ese mineral, con un 40%, a Estados Unidos.

La producción global tuvo un descenso estimado del 20% en 2020 atribuido a la pandemia, ya que los fabricantes de aviones tuvieron que reducir el consumo de tantalita y sustituirla por superaleaciones; las cadenas de producción de la industria electrónica disminuyeron la fabricación de sistemas de GPS, teléfonos móviles o satélites.

Minería ilegal en Colombia y Venezuela

La magnitud del sector minero oficial de Brasil reduce la importancia relativa de la minería ilegal, muy significativa en muchos lugares de Sudamérica. Con todo, conviene señalar que Brasil cuenta con 321 puntos de extracción ilegal de diferentes minerales en 132 áreas, principalmente en el Amazonas, según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG). En su informe de 2018, la RAISG computaba 2.312 puntos de la región amazónica donde existe actividad minera ilegal, de los cuales 1.899 corresponden a Venezuela.

Hasta la fecha, la extracción ilegal de coltán es casi la única producción que de este material se realiza en Colombia. El Servicio Geológico Colombiano ha situado en el orden de los 1.000 millones de toneladas las reservas de coltán existentes en el país, si bien la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) advierte que no se trata de una valoración oficial. “Existe mucha especulación y desinformación alrededor de las reservas que Colombia tiene de coltán. Oficialmente solo se han identificado áreas potenciales y algunos aluviones, sin embargo esto no permite concluir nada acerca del potencial ni de las reservas del mineral en Colombia”, indica una presentación de ese organismo gubernamental. Precisa que el Servicio Geológico Colombiano detectó en 2012 un área potencial de coltán en los departamentos de Vichada y Guanía, donde se cree que los últimos años se han venido realizando extracciones de modo ilegal.

Esa actividad ilegal, muchas veces en parques naturales, es llevada a cabo unas veces por comunidades indígenas y otras por grupos criminales o guerrilleros, atraídos por el alto precio que el coltán alcanza en el mercado exterior. Precisamente ese carácter ilegal da una gran variabilidad a la producción; la UPME habla de una producción anual de entre 702 (2016) y 22.591 toneladas (2015). En ocasiones, las fuerzas de seguridad aprehenden parte de esa mercancía en bruto, destinada a la exportación de contrabando. En marzo de 2021 se incautaron 6 toneladas de arenas negras de coltán, en julio se incautaron 1,2 toneladas del mineral y en agosto otras 1,5 toneladas; las operaciones se realizaron en zonas fronterizas de los departamentos de Guainía y Vichada, implicando a disidentes de las FARC y al ELN.

No está claro si ese mineral incautado fue extraído en Colombia o en la vecina Venezuela. De hecho, la propia UPME colombiana afirma que Venezuela tiene importantes yacimientos, al tiempo que la actividad de minería ilegal de los grupos criminales colombianos en territorio venezolano está más que probada.

La localización de reservas de coltán en la zona fronteriza del Orinoco ya fue anunciada en su día por Hugo Chávez, quien ordenó vigilar la región para evitar la extracción y comercialización ilegal. Sin embargo, Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, han protegido actividades de economía ilegal llevadas a cabo por las FARC y el ELN y las propias las fuerzas de seguridad de Venezuela han estado estrechamente vinculadas a esos grupos. Si bien el gobierno venezolano ha tratado de vender los recursos minerales del país, a menudo de forma ilícita, no hay evidencia firme de la participación del Estado en el tráfico de coltán.

En mayo de 2018, Venezuela hizo su primera exportación oficial de este mineral compuesto hacia Italia, en un envío de 5 toneladas y un valor de 300.000 euros. Tres años más tarde, y tras seguir con la comercialización de dicho mineral entre ambos países, en 2021 las autoridades del país transalpino incautaron coltán de origen venezolano, ya que el Gobierno italiano mostró su preocupación a raíz de informes que denunciaban el enriquecimiento del Gobierno de Venezuela con el tráfico de coltán, e incluso apuntan que el responsable de estas operaciones comerciales era Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente venezolano.

La existencia de coltán en otros países sudamericanos llevó a Francia a estudiar la existencia de ese material en su territorio de la Guayana francesa. Un informe del Bureau de Investigaciones Geológicas y Mineras francés (BRGM) concluyó en 2019 que en esa dependencia ultramarina existen diversas calas ricas en coltán, si bien carece de yacimientos importantes. El estudio estimó que existen unas reservas de entre 850 y 1.130 toneladas.