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San Josemaría Escrivá en 1937-1945

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San Josemaría en la Guerra Civil

En 1935, aunque los miembros del Opus Dei eran todavía muy pocos –apenas una docena– san Josemaría piensa en la expansión desde Madrid a otras ciudades. El comienzo de la Guerra Civil española lo impidió. Durante el tiempo que duró la contienda ejerció su ministerio sacerdotal primero en Madrid –con grave riesgo para su vida– y más tarde en Burgos, tras cruzar el Pirineo catalán en el invierno de 1937. Desde esa ciudad castellana reanudó el contacto con quienes integraban el Opus Dei, acrecentó el trato con algunas mujeres que daban esperanzas de vocación a la Obra y se dedicó a otras actividades sacerdotales. Además, con más tiempo a su disposición, decidió retomar el proyecto de la tesis doctoral en Derecho. Al dar por perdida la documentación que quedó en Madrid, eligió como nuevo tema la jurisdicción cuasi episcopal de la abadesa del monasterio de las Huelgas, de Burgos. La presentó y defendió al final de 1939. Tras completar y ampliar esta investigación, cinco años más tarde publicó una extensa monografía sobre "La abadesa de las Huelgas", que es así la tercera de sus obras publicadas.

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Preguntas de interés

FUENTE: www.opusdei.es

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José Orlandis recuerda que en septiembre de 1939 San Josemaría le dijo que había ofrecido la Misa por Polonia —que entonces estaba siendo atacada por la Alemania de Hitler—, "este país católico que está sufriendo una pena tremenda con la invasión nazi".

Domingo Díaz-Ambrona había viajado a Alemania en 1941. Allí percibió la naturaleza anticristiana del régimen nazi. A su regreso, advirtió que en España se veía al nazismo de una manera muy distinta, como un enemigo más del comunismo. Por esta razón, en un encuentro casual con Josemaría Escrivá en un viaje en tren de Madrid a Ávila en agosto del año 1941 (cuando ya estaba en marcha la invasión alemana de Rusia), tuvo interés en charlar sobre estos temas con él. Y se sorprendió al observar la contundencia con que aquel sacerdote le puso en guardia contra el nazismo, del que afirmó que era una ideología pagana que perseguía a la Iglesia y a los católicos.

San Josemaría se opuso a todos los totalitarismos, y de un modo muy singular al nazismo. "Lógicamente —precisa Álvaro del Portillo—, el Padre distinguía entre el nazismo y el pueblo alemán. Precisamente porque sentía un particular cariño hacia aquella nación —era un sentimiento heredado de su padre—, le dolía muchísimo verla sometida a aquella dictadura aberrante. Su pena se acrecentaría al estallar la Segunda Guerra mundial".

"Al final de los años treinta, después de haber vivido la triste experiencia de la guerra civil, la mayor parte de los españoles alimentaba una fundada prevención contra el comunismo. No sucedía lo mismo con el nazismo: es más, la propaganda oficial, por un motivo o por otro, no sólo silenció los crímenes del nacionalsocialismo, sino que prohibió en España la publicación del documento pontificio que lo condenaba.

Por esto, nuestro Fundador tuvo que pronunciarse más de una vez contra el nazismo en su ministerio sacerdotal. Precisamente porque en algunos ambientes oficiales españoles se miraba con simpatía al régimen alemán, se sintió en el deber de poner en guardia a los que se olvidaban de las aberraciones de aquella ideología: no sólo criticaba su totalitarismo, sino también la persecución y las discriminaciones a los católicos, a los hebreos, etc., y el tono de paganismo que caracterizaba el racismo nazi. Se prodigó en dar a conocer el contenido del documento pontificio de condena, y en difundirlo privadamente".

—PORTILLO, Á. del, Entrevista sobre el Fundador del Opus Dei, Rialp, Madrid 1993, pp. 33-34.

Amadeo de Fuenmayor, catedrático de Derecho Civil y Derecho Canónico, afirma que la actitud de Escrivá, "condenatoria del nazismo, fue terminante", y aporta una extensa relación de "expresiones referidas a Hitler y a su sistema racista, que le hemos escuchado en múltiples ocasiones".Entre otras, las siguientes:

—"Abomino de todos los totalitarismos".

—"El nazismo es una herejía, aparte de ser una aberración política".

—"Me dio alegría cuando la Iglesia lo condenó: es lo que todos los católicos llevábamos en el alma".

—"Todo lo que es racismo es algo opuesto a la ley de Dios, al derecho natural".

—"Sé que han sido muchas la víctimas del nazismo, y lo lamento. Me bastaba que hubiera sido una sola —por motivo de fe y, además, de pueblo— para condenar ese sistema".

—"Siempre me ha parecido Hitler un obseso, un desgraciado, un tirano".

—URBANO, P., El hombre de Villa Tevere, Plaza & Janés, Barcelona 1995, pp. 119-120.

Pedro Casciaro recordaba:

"Respecto al fascismo y al nazismo, no hubo caso de enfrentamientos, ya que el Opus Dei comenzó su labor estable en Italia y Alemania cuando esos regímenes ya no gobernaban. En una ocasión le oí hablar [a Josemaría Escrivá] con admiración del cardenal Faulhaber, que había tenido la valentía de publicar unas conferencias de adviento en la catedral de Munich, durante el nazismo".

—Testimonio citado en URBANO, P., El hombre de Villa Tevere, Plaza & Janés, Barcelona 1995, p. 118.

FUENTE: www.opusdei.es

Home_San Josemaría Desarrollo del Opus Dei

SJ_1937-45_Desarrollo_OD

Desarrollo del Opus Dei en España

La dura situación bélica frenó el desarrollo apostólico del Opus Dei por España, pero contribuyó a consolidar la vocación de sus primeros seguidores. La década de 1940 presencia una fuerte expansión del Opus Dei. En poco tiempo la Obra se implantará en varias de las más importantes ciudades españolas. San Josemaría dedicó una parte principal de sus energías y tiempo a impulsar esa expansión y a formar a las nuevas vocaciones de hombres y mujeres que iban llegando a la Obra. Además, predicó numerosas tandas de ejercicios espirituales a sacerdotes. En esos momentos de reconstrucción del tejido eclesial, restañando las heridas que trajo consigo la guerra, diversos obispos españoles, conocedores de su hondura sacerdotal, le pidieron su colaboración en aquella tarea.

No faltaron entonces duras contradicciones. San Josemaría las sobrellevó con serenidad y sentido sobrenatural. En aquellas difíciles circunstancias, tuvo siempre el aliento y la bendición del Obispo de Madrid-Alcalá, Leopoldo Eijo Garay. Para mostrar públicamente ese apoyo, monseñor Eijo otorgó al Opus Dei una primera aprobación escrita en 1941. El 14 de febrero de 1943, san Josemaría encontró la solución de una de las cuestiones que más le preocupaban: cómo concretar la presencia de sacerdotes en el Opus Dei. Ese día, durante la Misa, tuvo la inspiración de crear la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, una asociación sacerdotal donde se podrían incardinar los miembros del Opus Dei llamados al sacerdocio. Poco después, en ese mismo año 1943, con la conformidad de la Santa Sede, el Obispo de Madrid procedió a su erección canónica. En 1944, recibieron la ordenación los tres primeros miembros del Opus Dei que accedían al sacerdocio.