Un fenómeno muy conocido y reincidente en la mayoría de las ciudades es la desaparición de las salas de cine y su transformación en comercios de ropa, predominantemente en la conocida Gran Vía de Madrid.

La popular Gran Vía se construyó como una de las nuevas vías de comunicación del Madrid en expansión del siglo XIX. Un importante proyecto que tardó cuarenta años en acabarse y que se realizó en tres fases distintas que tuvieron lugar en diferentes años.

A raíz de la desaparición de la gran mayoría de salas de cine en esta zona, se intenta reivindicar estos grandes espacios, proponiendo la sustitución de unos grandes almacenes como es «El Corte Inglés» de Callao por un nuevo edificio que albergue la Academia, la Filmoteca y el Museo del cine español, dando cabida a la memoria de éste.

Uno de los requisitos de este proyecto era llevar a cabo una actuación urbanística que implicase la regeneración de la Plaza Mesonero Romanos junto a la parcela y la apertura de una nueva calle. Para todo ello, se realizó un primer estudio de las plazas colindantes al solar y se obtuvieron las primeras alineaciones del proyecto; así como la elección de los primeros puntos de referencia que servirán como entradas al edificio y conexión con dos de los únicos cines que siguen existiendo en la actualidad- Cines Callao y Cines Capitol.

Para determinar la organización del edificio, se comienza por el ecosistema creativo que se define como: actividad diaria, interacción e inspiración. Este edificio es un espacio en el que se rinde homenaje a la historia del cine, en el que se crea una sociedad creativa que comparte opiniones y se enriquece de los diferentes paradigmas de otras, del entorno y de la propia ciudad.

Por otra parte, se organiza con un sistema vertical. Con los esquemas en altura que se encuentran en el centro de la ciudad de Madrid, se apuesta por seguir con el mismo modelo vertical de edificio para conseguir la integración del nuevo proyecto en el entorno. Sin embargo, frente al aislamiento e individualismo que predomina en este tipo de sistemas, se propone un espacio de relación y encuentros donde se da libertad a la hora de definir algunos espacios.

El principal concepto del proyecto es el de la luz y la sombra. 

El juego de luz y sombras en el cine es de gran importancia. La luz es un elemento imprescindible para el lenguaje cinematográfico. Sin luz no hay cine. Lo mismo pasa con la arquitectura: la sombra, como fenómeno, configura el espacio perceptivo de la arquitectura y lo dota de cualidades. El espacio arquitectónico logra tener un carácter temporal y dinámico cuando el individuo es capaz de percibir el movimiento que se genera entre la luz y sombra. 

Esta relación entre el cine y la arquitectura es la razón para representarlo a través de la sección, dejando entrar la luz natural predominantemente por la cubierta y diferenciando bien aquellas zonas del programa que no tiene la necesidad de tener luz natural como son las filmotecas o la sala grande para actos multitudinarios, en contraposición de aquellos que sí lo necesitan como la biblioteca o despachos.

Así pues, el proyecto nace de un primer boceto de la que es la sección longitudinal definitiva. Se destaca cómo la planta baja del edificio es la prolongación de la plaza de Callao siendo un espacio libre y flexible para albergar todo tipo de usos. Asimismo, el contraste en la organización espacial de las diferentes zonas: una más pública pensada, sobre todo, cuando se celebren los actos multitudinarios frente a una zona un poco más privada donde se albergan los despachos, biblioteca, etcétera. El proyecto trata de abordar la entrada de luz por la cubierta teniendo un gran espacio central que es el corazón del edificio.

En cuanto a las plantas, se resuelven con una composición ordenada para facilitar el flujo entre los diversos usuarios con tres entradas a distintas cotas y diferentes usos en cada planta, pero siempre conectadas por el espacio central. 

El espacio se plantea como un proyecto narrativo, próximo a la disciplina cinematográfica en el que la fachada compuesta por placas de piedra caliza destaca por unas grandes aperturas colocadas intencionadamente encuadrando distintos espacios del interior. Una forma de hacer una pequeña metáfora haciendo ver que la propia fachada del edificio representa los fotogramas propios del mundo del cine.  

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