Idoia Sagaseta
Un relato sobre la idiosincrasia entre lo biológico y lo humano
Proyecto Fin de Carrera Máster Universitario de Arquitectura
Universidad de Navarra
Tutor: Mayka García Hipola
El proceso de proyectar un centro educacional dirigido a la generación infantil y primaria futuras, parte de una investigación del medio que lo circunda y de los valores pedagógicos, naturales y humanos que se pretenden implementar en él. Estas cuatro líneas son las siguientes: Homo, Terreno, Vegetación y Biología.
En primer lugar, se estudia la metodología pedagógica que explora las inteligencias múltiples, la cual considera cada individuo como un cúmulo de pensamientos, habilidades y experiencias. Así pues, el edificio comienza por reinterpretar dicha metodología fundiéndola con las necesidades y tendencias actuales, para así llegar a concretar los espacios arquitectónicos.
La naturaleza y el entorno circundantes, por su parte, condicionan tanto los criterios ambientales como los constructivos, estructurales y los organizativos, arraigados al concepto biológico que hilan todo el proyecto.
Como si de una sección pulmonar se tratase, el complejo se dilata en su espacio central para proporcionar un núcleo de oxigenación a todo el edificio. Este, queda envuelto por una red de conjuntos autónomos interrelacionados y conectados a medios niveles, los cuales forman los espacios posteriormente calificados como output e inputs.
En cuanto al recorrido y distribución espacial, se atiende a las tres fases del desarrollo educativo del individuo, el cual genera un recorrido principal escalonado y ascendente que comunica todas las aulas y espacios del edificio. Todas ellas se realizan mediante rampas accesibles a cualquier persona, capaz y/o discapacitada.
En referencia a la organización general de planta, de las 8 inteligencias múltiples de las que hablábamos surgen las disciplinas principales que definirán la cadena de núcleos del edificio (outputs): la natural, interpersonal, intrapersonal, corporal, lógica, verbal, musical y espacial.
A ellas, se le adhieren una sucesión de espacios panorámicos (inputs), los cuales se articulan y envuelven el central en blanco que recorre y mezcla todos los usos para generar un espacio único.
En cuento al criterio geométrico, se proyecta en círculo una estructura flexible y dinámica sobre la que el usuario debe actuar. Este se basa en la composición 50/50 de cerramientos opacos y acristalamientos móviles manteniendo siempre una relación directa y permeable con el entorno exteriores.
Arquitectónicamente, se busca potenciar el sistema estructural evitando completamente espacios entre muros y liberándolos hacia el exterior. Así pues, los muros se desvanecen y hacen paisaje, mientras que los pavimentos y el manto de cubierta escalonada materializan la arquitectura más compleja y contundente.
En cuanto al sistema constructivo del edificio, la sistematización del módulo orientado según la actividad principal que alberga conforma un conjunto de transmisión de energía y de ventilación cruzada que parecen clave en este proyecto.
La construcción y estructura de cubierta, predominan sobre el conjunto total del edificio. Esta se organiza y distribuye en bandada como un bosque de pilares, los cuales sujetan una red de copas vegetales y fotovoltaicas generando la principal envolvente térmica.
El manto de copas se escalona según los niveles de forjado y del espacio que cubren, creando además una constante luz cenital controlada por vidrios de protección solar y baja emisión calorífica. Dichas copas de los elementos estructurales, PARASOLES, se distinguen entre vegetales y fotovoltaicas.
Las primeras son captadoras de la máxima radiación solar, al igual que lo son las del pino piñonero.
En este caso, se dota al parasol de un sistema de aspersión mecánica para el riego de la vegetación superior y la reducción de la carga térmica producida por la radiación solar.
En cuanto a las copas fotovoltaicas, su misión es captar la máxima energía solar transformándola en energía eléctrica para el uso continuo del edificio.
Además de la red eléctrica, todas ellas actúan de embudo captando el agua de lluvia y transportandola por el interior de los pilares a una instalación subterránea formada por galerías de pozos conectados a máquinas filtradoras y recicladoras para su posterior reutilización agrícola y sanitaria.
Un segundo elemento sobresale y destaca sobre el marco general del edificio: el PARAGUAS. Sus dimensiones son doblemente mayores que las primeras y su innovadora tecnología constructiva radica en la transparencia del ETFE. Dicho sistema aporta iluminación artificial cuando se encuentra cargado, de manera que el edificio invierte su condición de captador de energía, liberando por la noche toda la radiación captada por el día.
De esta manera, se crean puntos de luz en medio del bosque.
En definitiva, por su forma aerodinómica, su sección escalonada, el sistema estructural y constructivo, e incluso el origen y uso de los materiales empleados, el complejo forma un diseño sostenible que se aprovecha al máximo del medio que lo rodea para lograr un complejo autónomo y didáctico en sí mismo.