El proyecto se sitúa en una zona emblemática y única dentro de la ciudad de Madrid, los Jardines de Las Vistillas. Estos jardines se destacan por su altura sobre el resto de Madrid formando unas vistas deslumbrantes sobre su panorama urbano. 

Originalmente esta área era una zona de encuentro y comercio entre los habitantes, desafortunadamente tras los años, la falta de mantenimiento y unas intervenciones no muy acertadas, una zona que solía ser mágica ha perdido su esplendor. Las plazas pavimentadas de Las Vistillas actualmente se encuentran muy segmentadas y separadas de las áreas públicas habitadas generando espacios de poca seguridad y pobre accesibilidad. El propio jardín de Las Vistillas no tiene entrada, la única manera de acceder esta zona verde es saltándose la barrera existente.

Con la intervención propuesta en este proyecto se busca recuperar estos jardines olvidados a la magia que tenían hace una vez. Incorporando un mercado de frutas y flores, se busca rehabilitar Las Vistillas otorgándole una nueva vida diaria. La intervención se enfoca principalmente en dos aspectos, el aspecto urbano y ambiental.

El proyecto consiste en una pasarela cubierta de gran tamaño abierta al exterior que se convierte en una extensión del paisaje natural de las Vistillas a través de su lenguaje arquitectónico. Esta pasarela se convierte en un gran mirador que otorga vistas espectaculares sobre la Catedral de la Almudena situada al norte de la parcela.

La cubierta de la pasarela se diseña como hiperboloide con el propósito de acentuar las vistas que se generan debajo de ella, ganando altura a medida que uno se aproxima a la Catedral de la Almudena. Debajo de dicha cubierta se albergan los puestos del mercado de flores y frutas. Estos puestos son formados por contenedores modulares que son extraíbles otorgando al proyecto una cierta flexibilidad en los usos que puede albergar. 

Con el objetivo de reconectar el espacio verde de los Jardines con la ciudad se introduce la pasarela a lo largo del perímetro que se forma entre los espacios verdes y pavimentados utilizando una arquitectura permeable al paso y las vistas.

Respecto al aspecto ambiental del proyecto, varias estrategias se llevaron a cabo. Desde el inicio del desarrollo del proyecto se planteó una intervención que evite grandes transformaciones sobre el terreno, llevando a cabo movimientos de tierra solo cuando se hacía imprescindible. La materialidad del proyecto es predominantemente madera, con una estructura compuesta de madera contra laminada y muros y forjados de madera CLT. Las zonas exteriores pavimentadas están compuestas por granito reciclado de la actuación actual de los jardines, llegando a cubrir 67% de toda la superficie de la intervención propuesta. El programa dispone de una área cerrada y climatizada que contienen las oficinas administrativas del recinto y tres restaurantes. A través de varias estrategias pasivas al igual que un diseño constructivo sin puentes térmicos y un sistema de climatización de aerotermia conseguimos una eficiencia energética Passivhaus Classic. Por último, toda la intervención dispone de un sistema de recolección y depuración de aguas pluviales para su reutilización en el riego de los huertos que hacen de servicio al mercado de frutas. 

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