Autores

El proyecto para esta residencia estival se distingue por la nitidez de los gestos geométricos decididos, que logran sintetizar una adecuada implantación de la vivienda en el terreno y una ordenada definición de relaciones entre espacio interior y exterior, que mantiene protegida la privacidad doméstica sin sacrificar la relación visual con su entorno. 

La concepción del proyecto parte de las características del emplazamiento: un médano empinado rodeado por un bosque de eucaliptos. Se resuelve colocar dos cuerpos perpendiculares sobre una plataforma principal, a fin de que ésta sirva de transición entre las irregularidades topográficas y las superficies horizontales requeridas por el programa de usos. La circulación que conecta las diversas dependencias de la casa se abre a media altura a un jardín que adapta la volumetría general de la edificación a los accidentes naturales del terreno. El acceso a la vivienda tiene lugar a través de una terraza, un vestíbulo abierto que opera como umbral de acceso donde el afuera se separa del adentro íntimo del hogar. Se opta por una planta en alas a fin de privatizar el espacio interior a través de la disposición de la construcción en la parcela. El eje horizontal marca el límite lateral del recinto y el vertical divide la casa en dos partes, creando un gran porche que permite ir de exterior a exterior, creando a la vez unas terrazas que hacen de la casa un mirador sobre el paisaje circundante a la vez que ayudan a estructurar las relaciones entre ámbitos públicos y privados. El proyecto es representativo de la capacidad de Carrasco para materializar obras que, por su sensibilidad y discreta belleza, se contraponen a la pobreza cualitativa y estética que acostumbra a distinguir aquélla que habitualmente caracteriza el paisaje arquitectónico de las zonas residenciales destinadas al descanso vacacional.