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“Hay que huir de las relaciones profesionales toxicas, y aprender a ver las oportunidades”, Alfonso Jiménez, consejero Asesor de Atrevia.

En la sesión se habló de las grandes tendencias en el mundo de los Recursos Humanos (RR.HH.): de la digitalización; la diversidad e inclusión; la competitividad; y la atracción y retención del talento. Así nos lo explican Daniela Henriquez y Ana Estrada

El pasado jueves 13 de octubre, tuvo lugar la segunda sesión del ciclo “Mi experiencia dirigiendo personas”, donde los alumnos del Máster en Dirección de Personas recibimos a Alfonso Jiménez, Doctor en Psicología. Con más de 30 años de experiencia profesional en el ámbito de la consultoría, ha contratado y ayudado a crecer a más de 500 consultores de capital humano.

Después de fundar la consultora, PeopleMatters (2003) y la plataforma digital, Recruiting Erasmus (2020), la pandemia lo llevó a replantearse su vida laboral. Vio una oportunidad en el mundo de los consejos de administración, y actualmente forma parte del Consejo Asesor de Atrevia en donde ha podido llevar toda su experiencia adquirida.

Durante la sesión, habló de las grandes tendencias en el mundo de los Recursos Humanos (RR.HH.): de la digitalización; la diversidad e inclusión; la competitividad; y la atracción y retención del talento (enfocada hoy en el Employer Branding), etc. De entre todas las ideas que nos transmitió a lo largo de su charla, hubo tres que a las que firmamos este artículo nos llamaron especialmente la atención.

La primera es que, hablando de competencias, la visión de Alfonso Jiménez es que el mercado de trabajo ha cambiado mucho más por el lado de la oferta que por el lado de la demanda. Las empresas, a su juicio, siguen buscando candidatos que sean trabajadores competentes, que creen buen ambiente, que aprovechen las oportunidades, etc. Es cierto que, en el nuevo entorno digital y diverso, aspectos como la flexibilidad y capacidad de adaptación adquieren más importancia. Por ejemplo, la internacionalización (en concreto vivir un tiempo en el extranjero) o hacer voluntariado, son aspectos especialmente valorados hoy en día en un candidato, no solo por el conocimiento de idiomas, sino porque permiten desarrollar la capacidad de aprender de situaciones nuevas, la empatía o la capacidad de acoger.

Pero, para el profesional, los verdaderos cambios y retos son consecuencia de la oferta. Las nuevas generaciones de trabajadores tienen escalas de valores muy diferentes, en las que elementos como el entorno de trabajo, la flexibilidad, la conciliación entre vida profesional y personal, el propósito corporativo, etc. ocupan un lugar muy destacado, por encima incluso de las tradicionales aspiraciones centradas en la remuneración económica o el acceso a nuevas oportunidades profesionales, y en las que es más difícil granjearse el compromiso de los colaboradores. Esto está haciendo replantearse a todas las empresas su propuesta de valor al empleado y personalizar su oferta a las necesidades de los candidatos.

Para el directivo también es importante la elección de los primeros empleos, pues condicionan hacia dónde se va a encaminar la vida profesional. Como explica en su libro: “La gestión adecuada de RRHH”, no existe un modelo único a seguir, sino que las políticas de RR.HH. dependen del contexto y las circunstancias. Por supuesto, en el ámbito de la dirección de personas, como en muchos otros, cabe hablar de buenas prácticas, pero el aspecto más importante es lograr el alineamiento de las políticas de recursos humanos con la cultura, y con los modelos y estrategias de negocio de las empresas. Por eso, aprendes más de unas cosas que de otras en función de dónde estás: las relaciones laborales, por ejemplo, no son iguales ni tienen la misma importancia en una empresa industrial que en una empresa de tecnología o en una empresa de servicios profesionales.

A su juicio es universal la necesidad de cuidar algunos aspectos que en su opinión son esenciales para el desarrollo profesional a largo plazo. En primer lugar, ser ético y coherente con uno mismo (“no andar con dobleces”); Tener claro que el aprendizaje no se acaba nunca y que hay que dedicarle tiempo (“el que no se actualiza se queda fuera del mercado en poco tiempo”); Hay que fomentar las relaciones personales y trabajar el networking (“generar y mantener vínculos estrechos con compañeros, profesores, colaboradores… no es solo clave en el ámbito personal sino también en el mundo laboral y empresarial”); Por último, nos animó a tener un sentido positivo del trabajo (“hay que huir de las relaciones profesionales toxicas y hay que aprender ver lo que nos llega como oportunidad”).

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