Origen y destino del fondo
Hay que destacar la importancia que la filantropía tiene para la Universidad. La existencia de un endowment va ligada a la generosidad de los donantes. Gracias a los donantes antiguos y nuevos se pueden financiar actividades y proyectos importantes para la Universidad.
Un endowment se caracteriza por estar ligado a fines concretos (becas, cátedras, etc.) por voluntad de los donantes. Normalmente, el fondo total suele estar compuesto por la suma de distintos endowments con distintos fines. La aplicación anual a fines depende de la rentabilidad y se realiza de acuerdo con criterios prudenciales, que se denomina “ley de gasto”. Se trata de una fórmula que permite destinar anualmente una cuantía para cumplimiento de fines y el resto de la rentabilidad, si la hubiera, se destina a recapitalizar el fondo para que con el tiempo no pierda poder adquisitivo.
Actualmente el Endowment de los centros de Pamplona y San Sebastián, gestionado conjuntamente, está compuesto por un legado cuya finalidad es la investigación (“Fondo Hipólito Astigarraga”), junto con otras partidas que se denominan quasi-endowments: se gestionan como un endowment pero no tienen una restricción específica del donante en cuanto al destino de los rendimientos, de manera que pueden destinarse a los proyectos generales de la Universidad.
Criterios y límites de inversión
Los límites generales actuales de inversión del Endowment de Pamplona son los siguientes:
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Renta variable: máximo 40%.
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Renta fija High Yield: máximo 15%.
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Alternativos: 30%.
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Apalancamiento: 30%.
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Volatilidad: 11%.
Estos límites se revisan periódicamente en el Comité de Inversiones de la Universidad.