2015_06_03_ECO_Mikel_Larrea

- ¿A qué se dedica tu empresa y cuál es tu papel en ella?

Trabajo en Vivienne Westwood, compañía del sector del lujo que se dedica a la moda y tiene presencia en más de 50 países.

Su propuesta abarca distintas líneas de ropa, tanto de hombre como de mujer, desde la alta costura hasta una colección más informal, que son presentadas en las semanas de la moda de Milán, París y Londres. También ofrece todo tipo de accesorios: bolsos, carteras, joyería, perfumes, bufandas, óptica, etc.

Desde nuestra oficina central en Londres me encargo de la coordinación de los mercados asiáticos (Corea, Taiwán, Japón, Guam y los puntos de venta ‘Duty Free Stores'). Entre mis responsabilidades está la autorización de apertura de nuevas tiendas, la negociación de los contratos, la supervisión de las compras de las colecciones o la adaptación del producto original al mercado asiático. También la supervisión de la correcta aplicación de nuestro plan de marketing y las campañas de publicidad en cada mercado local. En definitiva, todos los aspectos relacionados con el control de la estrategia de empresa y posicionamiento de la marca en cada país.

- ¿Cómo ha sido el proceso para llegar hasta ahí?

Ha sido un proceso natural de intentar unir toda la formación recibida con las experiencias laborales en aquellos sectores que mejor encajaban en mi perfil.

Mi primer contacto con el mundo profesional tuvo lugar mientras estaba todavía en la Facultad. Durante los periodos de vacaciones, colaboré en la agencia ASPIC-Comunicación, en Vitoria-Gasteiz, que me dio las primeras pistas sobre el interesante mundo del marketing y la comunicación. Después, un intercambio durante la carrera me permitió estudiar en la Universidad Bocconi de Milán, donde asistí a la asignatura Gestión y Dirección de Empresas de Moda y Lujo. El mundo de la moda y del lujo es uno de los motores económicos de la zona y no quise desaprovechar la oportunidad de aprender sobre ello. A partir de ahí, he tratado de unir dos mundos que me parecieron llenos de posibilidades.

Al licenciarme, me incorporé a Ernst & Young Madrid. Allí estuve durante más de 3 años en el departamento de auditoría, donde desarrollé una fuerte capacidad analítica, que me ha resultado de gran ayuda para los trabajos desarrollados posteriormente. Pero sobre todo tuve la oportunidad de trabajar en el análisis de distintas empresas como LVMH, Porsche y el Grupo Swatch, en los que aprendí el funcionamiento de distintos sectores: moda, artículos de marroquinería, perfumes y cosméticos, relojería y joyería, automóvil, etc. Así que tuve claro que era el momento de enfocar mi futuro profesional en esa dirección: la economía orientada a la moda y el lujo, aspecto que me había interesado desde mis años de carrera.

Decidí volver de nuevo a las aulas. Compaginé mi trabajo en Ernst & Young con el Máster en Dirección de Marketing y Gestión Comercial en ESIC, que me abrió las puertas de una de las empresas más prestigiosas de nuestro país: Loewe. En su departamento de Producto aprendí el funcionamiento del sector y su proceso de creación, desarrollo y comercialización. Tras esta experiencia me trasladé a Londres, mi actual destino.

- ¿Qué grado estudiaste y por qué lo escogiste?

Estudié ADE bilingüe, en el itinerario de Marketing. Quería una carrera polivalente, que me permitiera desarrollar una mentalidad analítica pero sin perder la creatividad. También tenía clara la importancia de la internacionalización en el mundo laboral actual, el prestigio de la universidad, la calidad de su formación y el plus del bilingüismo como valor añadido. Las tres empresas en las que he trabajado tienen presencia internacional y el inglés es el lenguaje común de comunicación.

- ¿Qué destacarías de tu paso por la Facultad?

Aparte de una sólida formación y los contactos que haces, ahora valoro enormemente la capacidad de trabajo que llegas a adquirir sin ser consciente de ello durante los años de carrera. Sin duda, salí preparado para dar el paso de estudiante a trabajador con total garantía.

Haber estudiado en la Universidad de Navarra me permitió, previo paso por un proceso de selección, disponer de un contrato de trabajo en Ernst & Young seis meses antes de finalizar la carrera. Eso no tiene precio. Desde el punto de vista personal, reafirmarme en la importancia de que los valores humanos también pueden ser aplicados en el mundo empresarial y, por supuesto, la amistad, ya que varios de mis actuales amigos compartieron Facultad conmigo.

- ¿Alguna asignatura o un profesor que te hayan influido especialmente?

Sin duda alguna, mi asesor, Francesc Pujol. Me ayudó, me asesoró y siempre estuvo disponible cuando lo necesité. Siempre le estaré agradecido porque fue fundamental en mi desarrollo académico.

- ¿Puedes darnos alguna pista que pueda ser útil para otros alumnos de la facultad que estén interesados en tu sector o en tu empresa?

Dejando a un lado la formación, que la doy por supuesto, destacaría los idiomas. Un excelente nivel de inglés es fundamental en el desarrollo profesional.

Es un sector al que es complicado acceder por la fuerte demanda y en el que es habitual encontrar gente superficial y competitiva. Teniendo claro que estos son los únicos puntos negativos y que esas complicaciones también las puedes encontrar en cualquier otro tipo de negocio, yo animaría a los alumnos que les interese este tipo de empresas a que luchen por hacerse su sitio, porque es un trabajo en el que se disfruta muchísimo. No hay que darse por vencido. Si en una puerta no te abren, hay que seguir llamando a otras.

Asimismo, desde el punto de vista estratégico es muy interesante. Se trabaja por adelantando en la creación del producto y la necesidad del consumidor, pero no es hasta que está en el mercado cuando sabes si el resultado será positivo o no. Además, el tiempo de vida de estos productos es efímero y las tendencias cambian constantemente, así que el hecho de trabajar con condicionantes subjetivos y en constante evolución, generan una adrenalina especial.