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Asegura que nunca había hecho un voluntariado de forma contínua más allá de visitas puntuales a residencias de ancianos y cantar villancicos en algún hospital en vísperas de Navidad. Sin embargo, para Fátima de Orbe, alumna de cuarto de ISSA School of Management Assistants, el documental ‘Guardianes de la fe’ supuso un antes y un despúes para darse cuenta de que podía ayudar a mucha gente poniendo un poco de su parte. Colaboró en la organización del pase de cine del mismo en unas salas de Pamplona y poco después decidió involucrarse en el proyecto Santa Food Factory, de la ONG Humanitarian Nineveh Relief Organization (HNRO), con el que las antiguas alumnas de la Universidad de Navarra, Maconcha Orbe (DER 78) (tía de Fátima) y Nuria Armendáriz (ENF 81), acababan de comprometerse.

El proyecto consiste en la construcción y puesta en marcha de un obrador de alimentos situado en Ankawa, barrio cristiano de Erbil, que se dedica a la producción de dulces y salados típicos de allí. Su distribución es por venta directa al cliente en la tienda o por servicios de catering y celebraciones: “Nosotros lo que gestionamos es la recaudación de fondos que enviamos a HNRO para sufragar las inversiones de maquinaria y sueldos de los trabajadores. Una vez que alcancemos la cifra con la que nos comprometimos, el proyecto acabaría. La idea es que el obrador pueda funcionar por sí solo”.

El obrador da trabajo a 6 personas, padres y madres de familia que han tenido que huir de las ciudades de Mosul y Bagdad. “Nuestras recaudaciones son su salario y sustento familiar”.

Fátima es la secretaria del proyecto y se encarga principalmente de la comunicación con HNRO y hacer otras tareas como traducción, redacción de actas de reuniones, preparación de presentaciones, revisión y edición de documentos…

Relata que muchas de las cosas que ha tenido que hacer lo ha podido sacar adelante “aplicando conocimientos aprendidos durante la carrera como Comunicación Escrita y Oral, Marketing, Archivo, Relaciones Públicas, Protocolo e Idiomas, sobre todo Inglés y Francés".

Valora esta experiencia como “lo mejor” que ha hecho: “Estoy ayudando a conseguir sustento a seis familias cristianas de Iraq. Siento que formo parte de algo grande, porque que no estoy dando la espalda a una situación terrible que están viviendo muchas personas”.

El pasado otoño viajó a Iraq para conocer el lugar y el resultado de cómo se gestiona el dinero que se envía desde aquí. Hace hincapié en que se queda con la fe y esperanza de las familias de allí, y con su capacidad de superación y trabajo. Y lleva grabadas en su memoria algunas frases que escuchó durante su viaje: “La Cruz de Cristo es lo que más les asusta, por eso es lo primero que destruyen y lo primero que nosotros levantamos”; “Debemos recordar siempre lo sucedido, es parte de nuestra historia y gracias a ello nuestra fe se ha visto fortalecida”; y “Sabemos que hay células islámicas dormidas, pero no podemos tener miedo y mucho menos perder el tiempo”.