“Los bonos verdes son una herramienta efectiva para financiar en países en desarrollo infraestructuras energéticas que respeten el medio ambiente”. Así lo ha asegurado en la Universidad de Navarra Niclas Moneke, profesor de la Universidad de Oxford. El experto fue uno de los ponentes de un workshop organizado por el Navarra Center for International Development (NCID) del Instituto Cultura y Sociedad (ICS). 

El experto ha recordado que los bonos verdes, ampliamente utilizados en el primer mundo, son un tipo de deuda emitida por organizaciones públicas y privadas para financiar proyectos responsables desde el punto de vista medioambiental. “No solo preocupa llevar electricidad a lugares que no la tienen. También hay que tener en cuenta el impacto en términos de sostenibilidad”, ha afirmado.

En ese sentido, ha insistido en que aún queda mucho por hacer para garantizar el acceso universal a una energía “asequible, segura, sostenible y moderna para todas las personas”, el séptimo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “En muchos lugares aún están lejos de disponer de infraestructuras para recogerla, almacenarla y distribuirla”, ha recordado.

Mejorar la vida de millones de personas

Con todo, se ha mostrado optimista, ya que ha considerado que más tarde o más temprano “se conseguirá el objetivo” y la electricidad alumbrará cualquier parte del planeta, haciendo que mejore la vida de millones de personas. 

Niclas Moneke fue uno de los ponentes del workshop 'Energy and Environmental Issues in Developing Countries’, junto con Jevgenijs Steinbuks, investigador del Banco Mundial; Carlo Andrea Bollino, profesor de la Universidad de Perugia y de la Universidad LUISS (Italia); Jacopo Bonan, profesor del Politécnico de Milán (Italia); y Raúl Bajo-Buenestado, investigador de NCID.  

La actividad abordó algunas estrategias para reducir la pobreza energética y garantizar el acceso a electricidad a los países en vías de desarrollo de manera sostenible. En las conferencias se presentaron evidencias de Pakistán, Tanzania, Brasil y Etiopía.

La iniciativa se enmarcó en la línea de investigación en Medioambiente de la ‘Estrategia 2025: Universidad y Sostenibilidad’. Este plan aspira a impulsar proyectos que ayuden a reducir la huella ambiental, preservar el capital natural y lograr un cambio de comportamiento en la sociedad, demostrando así que es posible eliminar el conflicto existente entre la conservación de la naturaleza y el desarrollo humano.