Resumen:
La superación de la crisis que caracterizó la economía española en los años veinte permitió que pudiesen construirse más
edificios y que fuese posible seguir los conceptos de las corrientes modernas europeas. Los cines fueron uno de los géneros
más dados a ese intento de modernidad. Existen pocos ejemplos de verdadera calidad arquitectónica, y la mayoría de ellos
se edificaron en las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona. Y es en este contexto donde cobra todo sentido rescatar
del pasado una de las grandes obras construidas en aquellos años: el Cine Monumental de Teodoro de Anasagasti, aportando
datos arquitectónicos y tecnológicos adicionales a la historiografía existente.