[Richard Haas, The World. A Brief Introduction (New York, NY: Penguin Press, 2020), 378 p]
31 de agosto, 2020
RESEÑA / Salvador Sánchez Tapia
Durante una jornada de pesca en Nantucket con un amigo y el hijo de este, a la sazón estudiante de ingeniería informática en la prestigiosa Universidad de Stanford, Richard Haass, presidente del Council on Foreign Relations entabló conversación con el joven acerca de sus estudios, y le preguntó qué asignaturas tenía, aparte de las estrictamente técnicas. Para su sorpresa, Haass constató cuán limitado era el número de éstas que había tomado. Nada de Economía, ni de Historia, ni de Política.
Richard Haass se sirve de esta anécdota, que refiere en la introducción de The World. A Brief Introduction, para ilustrar el estado general de la educación superior en Estados Unidos –que no es, podríamos añadir, muy diferente al de otros países–, y que puede resumirse en esta realidad: muchos estudiantes en el país que tiene las mejores universidades del mundo y que, además, es el más poderoso e influyente del planeta, lo que hace que sus intereses sean globales, pueden terminar su formación de nivel universitario sin un conocimiento mínimo –no digamos ya comprensión– sobre el mundo que les rodea, y sobre su dinámica y funcionamiento.
The World. A Brief Introduction es consecuencia directa de la preocupación que suscita en el autor la gravedad que supone esta importante laguna para una nación como Estados Unidos, y en un mundo como el actual, en el que lo que él llama la “regla de Las Vegas” –lo que ocurre dentro del país se queda en el país– no funciona, dada la interconexión que resulta de una omnipresente globalización que no cabe obviar.
El libro está concebido como un manual básico destinado a educar a los lectores –cabe esperar que entre ellos se encuentre, al menos, una parte de esa plétora de estudiantes no educados– de distinta procedencia y niveles de conocimiento, en las cuestiones y conceptos básicos de uso común en el campo de las relaciones internacionales.
Por la propia naturaleza de la obra, que no espere ningún lector informado encontrar en este libro grandes hallazgos, teorías revolucionarias o planteamientos novedosos para contemplar el orden internacional desde una nueva perspectiva. En su lugar, lo que ofrece es una presentación sistemática de los conceptos esenciales de este campo del conocimiento a caballo de la Historia, la Ciencia Política, la Sociología, el Derecho, o la Geografía.
El libro huye de cualquier planteamiento teórico. Por el contrario, su objetivo es eminentemente práctico, y no es otro que el de presentar de forma ordenada y sistemática la información que un lector medio necesita saber sobre el mundo para formarse un criterio de cómo funciona y cómo está articulado. Se trata, en definitiva, de hacerle más “globalmente educado”.
Desde su atalaya como presidente de uno de los principales think-tanks a nivel global, y con la experiencia recogida de sus años de servicio como parte del establishment de seguridad de los dos presidentes Bush, Richard Haass ha hecho numerosas e importantes contribuciones al campo de las relaciones internacionales. En el caso del libro que nos ocupa ahora, el mérito del autor estriba en el esfuerzo que ha hecho para simplificar la complejidad inherente a las relaciones internacionales. En una prosa sencilla y atractiva, accesible a lectores de todo tipo, Richard Haass, demostrando una gran comprensión de cada una de las materias que trata, ha sabido destilar su esencia y plasmarla en los veintiséis capítulos de este breve compendio, cada uno de los cuales justificaría, por sí solo, una ingente producción literaria.
Aunque cada capítulo puede ser leído de forma independiente, el libro está articulado en cuatro partes en las que el autor aborda la situación del mundo actual y de las relaciones entre estados desde ángulos diferentes. En la primera de ellas, Haass introduce el marco histórico mínimo necesario para comprender la configuración del actual sistema internacional, deteniéndose de forma particular en los hitos de la Paz de Westfalia, las dos Guerras Mundiales, la Guerra Fría, y del mundo posterior a la misma.
La segunda parte dedica sendos capítulos a diferentes regiones del mundo, que son brevemente analizadas desde el punto de vista geopolítico. Para cada región, el libro describe su situación, y analiza los principales retos a que se enfrenta, concluyendo con una mirada a su futuro. El capítulo es comprehensivo, aunque la división regional que emplea para el análisis es un tanto cuestionable, y a pesar de que omita, inexplicablemente, cualquier referencia al Ártico como región con identidad geopolítica propia y llamada a jugar un papel creciente en el mundo globalizado a que alude constantemente el libro.
La tercera parte de la obra está dedicada a la globalización como fenómeno definitorio e inescapable de la época actual con enorme impacto sobre la estabilidad del orden internacional. En varios capítulos, repasa las múltiples manifestaciones de la globalización –terrorismo, proliferación nuclear, cambio climático, migraciones, ciberespacio, salud, comercio internacional, cuestiones monetarias, y desarrollo– describiendo en cada caso sus causas y consecuencias, así como las opciones disponibles a todos los niveles para tratarlas de forma que favorable a la estabilidad del orden mundial.
Finalmente, la última sección trata del orden mundial –el concepto más básico en relaciones internacionales–, que considera imprescindible dado que su ausencia se traduce en pérdida de vidas y de recursos, y en amenazas a la libertad y prosperidad a nivel global. Sobre la idea de que, en cualquier momento histórico, y a cualquier nivel, operan fuerzas que promueven la estabilidad del orden junto con otras que tienden al caos, el capítulo se ocupa de las principales fuentes de estabilidad, analizando su contribución al orden –o desorden– internacional, y concluyendo con el significado que esto tiene para la era internacional que vivimos. Aspectos como la soberanía, el equilibrio de poder, las alianzas, o la guerra, son tratados en los diferentes capítulos que comprenden esta cuarta y última parte.
De particular interés para quien desee profundizar más en estos asuntos resulta la coda del libro, titulada Where to Go for More. Este capítulo final ofrece al lector un compendio de referencias periodísticas, digitales, y literarias bastante equilibrado y autorizado cuyo uso frecuente, altamente recomendado, contribuirá, sin duda, al objetivo formativo que propone el autor.
Se trata de un libro divulgativo, escrito para mejorar la formación del público norteamericano y, más allá de ello, global, en asuntos relacionados con el orden mundial. Este carácter didáctico no es, sin embargo, óbice para que Haass, en algunos momentos, y a pesar de su promesa de proporcionar un criterio independiente y no partidista que haga al lector haga menos manipulable, tiña esos asuntos con su personal visión del orden mundial y de cómo debe ser, ni para que ejercite una crítica -un tanto velada, hay que decir- a la política internacional, poco globalista, del actual inquilino de la Casa Blanca. Pese a ello, The World. A Brief Introduction ofrece una sencilla y completa introducción al mundo de las relaciones internacionales, y resulta, casi, de lectura obligada para quien quiera iniciarse en el conocimiento del orden mundial y de los mecanismos que lo regulan.