Blogs

Entradas con Categorías Global Affairs Orden mundial, diplomacia y gobernanza .

ENSAYOMaría Estrada

Cuando se cumple un año de la sentencia de la Corte Africana de los Derechos Humanos reconociendo a los Ogiek el derecho sobre su tierra –arrebatada por el Gobierno de Kenia desde mucho tiempo atrás para la explotación maderera–, puede ser oportuno repasar los fundamentos jurídicos sobre el derecho colectivo a la tierra de los pueblos indígenas y cómo su reconocimiento puede favorecer la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

Los Ogiek son un pueblo cazador y recolector que desde tiempos ancestrales ha habitado el bosque de Mau, en la selva de Tinet, en Molo, en el distrito Nakuru. Su existencia y continuidad dependen de los bosques, por los estrechos vínculos sociales, espirituales y culturales que les atan a ellos. La disposición de mayo de 2017 dictada por la Corte Africana de los Derechos Humanos obligó a un cambio de actitud por parte del Gobierno keniano. La Corte fundamentó su sentencia en la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada por las Naciones Unidas en septiembre de 2007, en cuya votación Kenia se abstuvo.

La Declaración de Naciones Unidas reconoce a los pueblos indígenas el derecho de preservar y fortalecer sus propias instituciones, culturas y tradiciones y de trabajar por su desarrollo de acuerdo a sus aspiraciones y necesidades. En su preámbulo, el texto reconoce “la particular contribución de los pueblos indígenas y tribales a la diversidad cultural, a la armonía social y ecológica de la humanidad y a la cooperación y comprensión internacionales”. También cabe considerar el Convenio 107 de la OIT de 1957, que dice: “La Declaración de Filadelfia afirma que todos los seres humanos tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades”.

El derecho internacional distingue entre las nociones de “tierra” y “territorio” para evidenciar la diferencia entre un espacio físico o geográfico determinado (la porción de tierra en sí) y la reproducción o manifestación de la vida cultural asociada a ese espacio. Esa vida cultural se expresa a través de distintas pautas culturales ligadas con formas de uso de la tierra y sus recursos, lazos ceremoniales y espirituales y múltiples maneras de ser y concebir el hábitat y el mundo. Con la noción de territorio no se protege un valor económico, sino el valor de la vida en general y de la vida cultural en particular. ¿Cuál es entonces la cantidad de tierra que debe regularizarse legalmente a favor de un determinado pueblo o comunidad? Las tierras que se entreguen deben respetar los criterios de idoneidad, suficiencia y tradicionalidad. Es decir, deben ser de suficiente extensión y calidad como para que el pueblo o comunidad pueda desarrollar su plan de vida, conforme a sus opciones y prioridades de desarrollo, vivir con dignidad como pueblo organizado acorde con su identidad cultural y garantizar su continuidad histórica y cultural. La noción de tradicionalidad define como propios de una comunidad a aquellos espacios territoriales que están en la memoria colectiva de las actuales generaciones y que todavía se reconocen como el hábitat natural del pueblo en cuestión, sea que esté enteramente bajo su control o que haya sido objeto de usurpaciones y desmembramientos en los últimos años.

A partir de estos conceptos, el derecho internacional y las legislaciones internas de los países han definido que el derecho a la tierra y al territorio implica:
a) la entrega de tierras que son utilizadas por el pueblo y comunidad, respetando las distintas modalidades de uso de la tierra y los recursos; b) la restitución de tierras perdidas involuntariamente y a las que hayan tenido tradicionalmente acceso, y c) la entrega de tierras adicionales o complementarias para asegurar el desarrollo y continuidad del pueblo o comunidad.

Además de estas fuentes de derecho internacional, hay otras iniciativas que inevitablemente hubieran llevado al triunfo de los Ogiek, gracias a los cambios que está experimentando la geopolítica global en las últimas décadas.

En primer lugar, en la comunidad internacional cada vez más son los Estados que se están sumando a las iniciativas de los modelos de desarrollo sostenible, ya sea por la presión ejercida por actores no estatales como las ONG o grupos de activistas; o por iniciativa propia, al percatarse los gobiernos de que es fundamental incluir la seguridad medioambiental en sus políticas de defensa. En el campo de estudios estratégicos, la política internacional ha estado dominada desde la Guerra Fría por la corriente realista. Esta corriente tiene una visión muy acotada, y considera la guerra y el conflicto características inherentes al sistema internacional. Los estados son los actores principales, y su meta es la acumulación de poder, definido en términos de capacidad militar. Este enfoque ha seguido ostentando un puesto predominante incluso después de la caída del muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, pese a que poco a poco se han ido introduciendo nuevas perspectivas. Han surgido nuevas corrientes que critican la limitada visión de las corrientes tradicionales, planteado que hay otros factores no militares que son relevantes a la hora de reconocer cuáles son las amenazas para la seguridad de las naciones y de los individuos. Varios autores, como Dalby, Floyd o Mathew, entre otros, creen que es necesario empezar a incluir y dar prioridad a la seguridad medioambiental en la agenda internacional; o lo que es lo mismo, “securitizar” el tema. Unos siete millones de personas mueren cada año como consecuencia del cambio climático, y la escasez de recursos es con frecuencia fuente de conflicto, especialmente en los países menos desarrollados.

En segundo lugar, en 2015 se anunciaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, que se agrupan en 17 objetivos y 169 metas. Estos fueron propuestos en 2014 en la Conferencia “Transformar nuestro mundo” de las Naciones Unidas, en la que se analizaron los resultados de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) del año 2000. Los ODM lograron avances en aspectos como la reducción del número de personas bajo el umbral de pobreza, pero en otros aspectos como el medioambiente hubo retrocesos. Esta vez, los ODS ponen sobre la mesa una agenda más integral y comprehensiva, y tienen la sostenibilidad como elemento central, velando por el crecimiento equitativo. El gran reto en este caso será su implementación, ya que las metas no son del todo claras y no demandan compromisos específicos, por lo que se corre el riesgo de que los estados esquiven el compromiso. De entre los objetivos establecidos, cabe destacar dos para el tema que estamos tratando. El objetivo 13 habla de “adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos” y el objetivo 15 de “proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica”. La estrategia de sostenibilidad que proponen los ODS incluye el mantenimiento de la integridad de los ecosistemas mediante una gestión eficiente de los recursos naturales y una desvinculación de las presiones medioambientales respecto del crecimiento económico.

Dicho esto, y volviendo a los Ogiek, hay quienes afirman que su establecimiento en el bosque de Mau puede ayudar a la conservación del espacio, que estaría en línea con el objetivo 15. Los Ogiek se consideran los guardianes del bosque, y creen que su deber es contribuir a la conservación del mismo y de todas las especies que en él habitan. En la cultura africana —sin pretender caer en una excesiva generalización— el vínculo con la tierra es algo más que histórico y cultural, también es un vínculo espiritual. Allí es donde residen sus antepasados, cuyos espíritus custodian al pueblo. Además, una de las principales actividades de los Ogiek es la producción de miel. Por eso la libre disposición del bosque por parte del gobierno keniano supondría el desarraigo moral y existencial de estas gentes, además de otras graves consecuencias para el cambio climático. El bosque evita en buena medida las sequías y ayuda a la cohesión del suelo.

Además de esto, también hay que tener en cuenta la insostenibilidad del modelo actual de producción y consumo capitalistas, que solo generan desigualdad a través de una feroz competencia que resulta injusta para los grupos más marginados como son en este caso los pueblos indígenas. El gobierno keniano justifica la tala de bosques descontrolada como necesaria para el desarrollo y la generación de ingresos. Sin embargo, hay que considerar otros estilos de vida, que a su manera permiten un desarrollo igual de completo para las personas. Además de guardar la diversidad y promover el enriquecimiento cultural, el estilo de vida del pueblo Ogiek sería la solución para el desarrollo sostenible que persiguen los ODS.

A la luz de este caso es preciso plantear la idea de que quizás en otros lugares del planeta la solución para la conservación del medio ambiente y las especies es dejar que los lugareños que conocen esa tierra se ocupen de su cuidado. Este asunto concierne a numerosos grupos de personas. En Latinoamérica son frecuentes las disputas a causa de los abusos de los entes políticos en contra de los pueblos indígenas, que de igual forma acuden a los tribunales en busca de protección de sus derechos (poner ejemplos). Es entonces probable que la imposición de un modelo capitalista sin fuertes consideraciones sociales sea contraproducente en cuanto a la consecución del desarrollo, considerado este como aquello que eleva el nivel de vida de las personas. Los nuevos pasos a seguir ahora deben encontrar su fundamento en una concepción más amplia de desarrollo, teniendo en cuenta la diversidad de estilos de vida en el mundo, y viendo en la disposición de los pueblos indígenas de vivir y proteger los bosques una oportunidad que garantiza la conservación de los mismos.

Categorías Global Affairs: África Ensayos Orden mundial, diplomacia y gobernanza

Los emigrantes del Triángulo Norte centroamericano miran a EEUU; los de Nicaragua, a Costa Rica

Mientras los emigrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras siguen intentando llegar a Estados Unidos, los de Nicaragua han preferido en los últimos años viajar a Costa Rica. Las restricciones puestas en marcha por la Administración Trump y el deterioro de la bonanza económica costarricense están reduciendo los flujos, pero esa divisoria migratoria en Centroamérica de momento se mantiene.

Paso fronterizo entre México y Belice

▲Paso fronterizo entre México y Belice [Marrovi/CC]

ARTÍCULOCelia Olivar Gil

Cuando se compara el grado de desarrollo de los países de Centroamérica, se entienden bien los distintos flujos humanos que operan en la región. Estados Unidos es el gran imán migratorio, pero también Costa Rica es en cierta medida un polo de atracción, evidentemente en menor grado. Así, los cinco países centroamericanos con mayor tasa de pobreza ­–Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Belice– reparten su orientación migratoria: los cuatro primeros mantienen importantes flujos hacia EEUU, mientras que en los últimos años Nicaragua ha optado más por Costa Rica, dada su cercanía.

Migración del Triángulo Norte a EEUU

Cerca de 500.000 personas intentan cada año por la frontera Sur de México con el objetivo de llegar a Estados Unidos. La mayoría proceden de Guatemala, El Salvador y Honduras, la región centroamericana conocida como Triángulo Norte y que es, hoy por hoy, una de las más violentas del mundo. Las razones que llevan a ese elevado número de ciudadanos del Triángulo Norte a emigrar, muchos de forma ilegal, son varias:

Por una parte, hay razones que podrían calificarse de estructurales: la porosidad del trazado fronterizo, la complejidad y los costes elevados de los procesos de regularización para la migración, la falta de compromiso de los empleadores para regularizar a los trabajadores inmigrantes y la capacidad insuficiente de los gobiernos para establecer leyes migratorias.

También hay claras razones económicas: Guatemala, Honduras y El Salvador tienen una alta tasa de pobreza, situada en el 67,7%, el 74,3% y el 41,6%, respectivamente, de sus habitantes. Las dificultades de ingresos presupuestarios y pronunciada desigualdad social suponen una presentación deficiente de servicios públicos, como educación y sanidad, a gran parte de la población.

La razón de mayor peso es quizá la falta de seguridad. Muchos de los que salen de esos tres países alegan la inseguridad y la violencia como el principal motivo de su marcha. Y es que el nivel de violencia criminal en el Triángulo Norte alcanza niveles semejantes a los de un conflicto armado. En El Salvador se registraron en 2015 un total de 6.650 homicidios intencionados; en Honduras, 8.035, y en Guatemala, 4.778.

Todos esos motivos empujan a guatemaltecos, salvadoreños y hondureños a emigrar a Estados Unidos, que en su viaje hacia el norte usan tres rutas principales para cruzar México: la que atraviesa en diagonal el país hasta llegar al área de Tijuana, la que avanza por el centro de México hasta Ciudad Juárez y la que busca entrar en EEUU por el valle del Río Bravo. A lo largo de esas rutas, los migrantes deben hacer frente a muchos riesgos, como el de ser víctima de organizaciones criminales y sufrir todo tipo de abusos (secuestro, tortura, violación, robo, extorsión...), algo que no solo puede causar lesiones físicas y traumas inmediatos, sino que también puede dejar graves secuelas a largo plazo.

Pese a todas estas dificultades, los ciudadanos del Triángulo norte siguen eligiendo los Estados Unidos como destino de su migración. Esto es debido principalmente a la atracción que supone el potencial económico de un país como EEUU, en situación de pleno empleo; a su relativa proximidad geográfica (es posible llegar por tierra atravesando solo uno o dos países), y a las relaciones humanas creadas desde la década de 1980, cuando EEUU comenzó a ser meta de quienes huían de las guerras civiles de una Centroamérica inestable políticamente y con dificultades económicas, lo que creó una tradición migratoria, consolidada por las conexiones familiares y la protección a los recién llegados ofrecida por los connacionales ya establecidos. Esto hizo que durante esta época la población centroamericana en EEUU se triplicase. En la actualidad el 82,9% de los inmigrantes centroamericanos en EEUU.

 

El 'parteaguas' migratorio americano

El 'parteaguas' migratorio americano [con autorización de ABC]

 

Migración de Nicaragua a Costa Rica

Si la emigración del norte de Centroamérica se ha dirigido hacia Estados Unidos, la del sur de Centroamérica ha contado con más destinos. Si los hondureños han mirado al norte, en los últimos años sus vecinos nicaragüenses se han fijado algo más en el sur. El río Coco, que divide Honduras y Nicaragua, ha venido a ser una suerte de 'parteaguas' migratorio.

Ciertamente hay más nicaragüenses residentes oficialmente en EEUU (más de 400.000) que en Costa Rica (cerca de 300.000), pero en los últimos años el número de nuevos residentes ha aumentado más en territorio costarricense. En el último decenio, de acuerdo con un informe de la OEA (páginas 159 y 188), EEUU ha concedido el permiso de residencia permanente a una media de 3.500 nicaragüenses cada año, mientras que Costa Rica ha otorgado unos 5.000 de media, llegando al récord de 14.779 en 2013. Además, el peso proporcional de la migración nicaragüense en Costa Rica, un país de 4,9 millones de habitantes, es grande: en 2016, unos 440.000 nicaragüenses entraron en el vecino país, y se registraron otras tantas salidas, lo que indica una importante movilidad transfronteriza y sugiere que muchos trabajadores regresan temporalmente a Nicaragua para burlar los requisitos de extranjería.

Costa Rica es vista en ciertos aspectos en Latinoamérica como Suiza en Europa, es decir, como un país institucionalmente sólido, políticamente estable y económicamente favorable. Eso hace que la emigración de costarricenses no sea extrema y que en cambio lleguen personas de otros lugares, de forma que Costa Rica es el país con mayor migración neta de Latinoamérica, con un 9% de población de Costa Rica de origen extranjero.

Desde su independencia en la década de 1820, Costa Rica se ha mantenido como uno de los países centroamericanos con menor cantidad de conflictos graves. Por ello fue durante las décadas de 1970 y 1980 el refugio de muchos nicaragüenses que huían de la dictadura de los Somoza y de la revolución sandinista. Ahora, sin embargo, no emigran por razones de seguridad, pues Nicaragua es uno de los países menos violentos de Latinoamérica, incluso por debajo de las cifras de Costa Rica. Este flujo migratorio se debe a razones económicas: el mayor desarrollo de Costa Rica queda reflejado en la tasa de pobreza, que es del 18.6%, frente a la del 58.3% de Nicaragua; de hecho, Nicaragua es el país más pobre de América después de Haití.

Así mismo, los nicaragüenses tienen especial preferencia para elegir Costa Rica como lugar de destino por la cercanía geográfica, que les permite moverse con frecuencia entre los dos países y mantener hasta cierto punto la convivencia familiar; la utilización del mismo idioma, y otras similitudes culturales.

Categorías Global Affairs: Orden mundial, diplomacia y gobernanza Artículos Latinoamérica

[Omar Jaén Suárez, 500 años de la cuenca del Pacífico. Hacia una historia global. Ediciones Doce Calles, Aranjuez 2016, 637 páginas]

 

RESEÑAEmili J. Blasco

En solo treinta años, entre la llegada de Colón a América en 1492 y el regreso de Elcano a Cádiz tras su vuelta al mundo en 1522, España agregó a sus dominios no solo un nuevo continente, sino también un nuevo océano. Todos sabemos de la dimensión atlántica de España, pero con frecuencia desconsideramos su dimensión pacífica. Durante el siglo XVI y principios del XVII, el océano Pacífico estuvo fundamentalmente bajo dominio español. España fue la potencia europea presente durante más tiempo y con mayor peso en toda la cuenca de lo que comenzó llamándose Mar del Sur. Española fue la primera Armada que patrulló con regularidad sus aguas –la Armada del Sur, con base en El Callao peruano– y española fue la primera ruta comercial que periódicamente lo cruzó de lado a lado –el galeón de Manila, entre Filipinas y México.

500 años de la cuenca del Pacífico. Hacia una historia global

En “500 años de la cuenca del Pacífico. Hacia una historia global”, el diplomático e historiador panameño Omar Jaén Suárez no se limita a documentar esa presencia española y luego hispana, en un vasto espacio –un tercio de la esfera de la Tierra y la mitad de sus aguas– cuyo margen oriental es la costa de Hispanoamérica. Lo suyo, como indica el título, es una historia global. Pero abordar el último medio milenio quiere decir que se parte del hecho del descubrimiento del Pacífico por los españoles y eso determina el enfoque de la narración.

Si la historiografía anglosajona habría quizás utilizado otro prisma, en este libro se pone el acento en el desarrollo de toda la cuenta del Pacífico a partir de la llegada de los primeros europeos, con Núñez de Balboa a la cabeza. Sin olvidar los hechos colonizadores de otras potencias, el autor detalla aspectos que los españoles sí olvidamos, como la base permanente que España tuvo en Formosa (hoy Taiwán), los intentos de la Corona para quedarse con Tahití o las travesías por Alaska en busca de un paso marítimo al norte de América, que tuvieron como punto logístico la isla de Quadra y Vancouver, la gran ciudad canadiense hoy conocida solo por la segunda parte de ese nombre (de hecho, España descuidó poblar Oregón, más interesada en Filipinas y el comercio con las Molucas: todo un pionero “giro hacia Asia”).

Ser de Panamá otorga a Omar Jaén, que ha vivido también en España, una sensibilidad especial por su materia de estudio. El istmo panameño fue siempre la llave del Mar del Sur para el Viejo Mundo; con la construcción del canal, además, Panamá es punto de tránsito entre Oriente y Occidente.

La cuidada edición de esta obra le añade un valor incontestable. Casi ochocientos mapas, gráficos, grabados y fotografías la hacen especialmente visual. Esa cantidad de ilustraciones, muchas a todo color, y el buen gramaje del papel engrosan el tomo, en una impresión que constituye un lujo para cualquier interesado en el Pacifico. Ediciones Doce Calles ha querido esmerarse con este primer título de una nueva colección, Pictura Mundi, dedicada a celebrar viajes, exploraciones y descubrimientos geográficos.

Categorías Global Affairs: Asia Orden mundial, diplomacia y gobernanza Reseñas de libros Latinoamérica

ENSAYO / Túlio Dias de Assis [Versión en inglés]

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió en diciembre con otra de sus declaraciones, que al igual que muchas anteriores tampoco carecía de polémica. Esta vez el tema sorpresa fue el anuncio de la apertura de la embajada de EEUU en Jerusalén, consumando así el reconocimiento de la milenaria urbe como capital del único estado judío del mundo actual: Israel.

El polémico anuncio de Trump, en un asunto tan controvertido como delicado, fue criticado internacionalmente y tuvo escaso apoyo exterior. No obstante, algunos países –pocos– se sumaron a la iniciativa estadounidense, y algunos más se manifestaron con ambigüedad. Entre estos, diversos medios situaron a varios países de la Unión Europea. ¿Ha habido realmente falta de cohesión interna en la Unión sobre esta cuestión?

Por qué Jerusalén importa

Antes de todo, cabría analizar con más detalle la situación, empezando por una pregunta sencilla: ¿Por qué Jerusalén es tan importante? Hay varios factores que llevan a que Hierosolyma, Yerushalayim, Al-quds o simplemente Jerusalén tenga tamaña importancia no solo a nivel regional, sino también globalmente, entre los cuales destacan los siguientes tres: su relevancia histórica, su importancia religiosa y su valor geoestratégico.

Relevancia histórica. Es uno de los asentamientos humanos más antiguos del mundo, remontándose sus primeros orígenes al IV milenio a.C. Aparte de ser la capital histórica tanto de la región de Palestina o Canaán, como de los varios reinos judíos establecidos a lo largo del primer milenio a.C. en dicha parte del Levante.

Importancia religiosa. Se trata de una ciudad sacratísima para las tres mayores religiones monoteístas del mundo, cada una por sus propias razones: para el Cristianismo, principalmente debido a que es donde se produjo la crucificción de Cristo; para el Islamismo, aparte de ser la ciudad de varios profetas –compartidos en las creencias de las demás religiones abrahámicas– y un lugar de peregrinación, también es adonde hizo Mahoma su tan conocido viaje nocturno; y obviamente, para el Judaísmo, por razones históricas y además por ser donde se construyó el tan sacro Templo de Salomón.

Valor geoestratégico. A nivel geoestratégico también posee una gran relevancia, ya que se trata de un punto crucial que conecta la costa mediterránea levantina con el valle del Jordán. Por lo que su poseedor tendría bajo su control una gran ventaja geoestratégica en la región del Levante.

No es de extrañarse, pues, que el estatus de esta ciudad sea uno de los principales puntos de conflicto en las negociaciones para la paz entre ambos pueblos, como es bien sabido. De ahí que la intervención de Trump no haya sido de gran ayuda para poder retomar el proceso de paz; más bien, podría argüirse, ha sido todo lo contrario: ha provocado la protesta no solo de los palestinos locales, sino de todo el mundo árabe, logrando así desestabilizar aún más la región. Ha habido reacciones contrarias de Hamas, de Hezbollah y también de varios gobiernos islámicos de Oriente Medio (entre ellos incluso el de Erdogan, a pesar de que la República de Turquía de jure sea un estado laico). Hamas llamó a una intifada en contra de Israel: las múltiples manifestaciones en los territorios palestinos concluyeron con varios centenares de heridos y una docena de muertos, debido a enfrentamientos con los cuerpos policiales israelíes.

La posición de Europa

Europa, por su parte, intenta mantener una postura bastante más neutra y equilibrada, orientada a lograr la paz regional. La disposición de mediación de la Unión Europea tiene en cuenta principalmente las resoluciones aprobadas por la ONU sobre tan problemático tema. Las declaraciones europeas, consideradas un tanto irrealistas y utópicas bajo la perspectiva de muchos israelíes, se basan en cuatro puntos esenciales: los dos estados, los refugiados, la seguridad y estatus de Jerusalén.

La existencia de dos estados. Según la UE, una solución uniestatal sería contraria a los intereses de ambas partes, puesto que impondría la soberanía de uno de los pueblos por encima de la del otro. Por lo tanto, Bruselas estima que lo más adecuado sería la solución biestatal: que cada pueblo tenga su estado y que las fronteras entre ambos estén basadas en las vigentes el 4 de Junio de 1967, antes de la Guerra de los Seis Días. Aún y todo, se admitirían cambios a estos límites de soberanía, siempre y cuando ambas partes así lo desearan y lo aprobaran.

La cuestión de los refugiados. La UE considera que deberían tomarse medidas duraderas para la cuestión de los refugiados palestinos fuera de su tierra natal (especialmente en países vecinos como Líbano y Jordania), con el objetivo de que puedan regresar a su país.

La seguridad. Otro de los puntos primordiales para los europeos sería la cuestión de la seguridad, para ambos bandos: Por una parte, habría que establecer medidas para acabar con la ocupación israelí de los territorios palestinos. Por otra, habría que afrontar con medidas eficaces el problema del terrorismo palestino en la zona.

Estatus de Jerusalén. Teniendo en cuenta la importancia de dicha ciudad, Bruselas considera que no habría mejor solución que una resolución en la que hubiera soberanía compartida entre ambos hipotéticos estados. Adicionalmente, la ciudad sagrada de las tres religiones también sería la capital de ambos estados simultáneamente.

Sin embargo, como ya se ha mencionado previamente, se desconfiaba de la postura de varios estados-miembro, llegándose incluso a sospechar de un posible apoyo a la decisión americana. Esto se dedujo de estados como Chequia o Hungría, debido a algunas declaraciones sacadas de contexto o mal explicadas, que hacían aparentar que las disidencias entre Bruselas y Visegrado seguían aumentando. No obstante, si hay algo que destaca en la respuesta europea es la unión y coherencia interna.

El gobierno checo no hizo más que reconocer Jerusalén Occidental como capital de Israel, igual que hará con Jerusalén Oriental una vez Palestina vuelva a poseer la soberanía de su territorio. El gobierno magyar tampoco contradijo las posiciones europeas, ya que sus únicas declaraciones fueron que Europa no tendría por qué pronunciarse sobre las acciones diplomáticas de EEUU. Posteriormente, el primer ministro húngaro aclaró que la UE debe mantenerse firme en la política que ha defendido hasta el momento y que esa es de facto la postura magyar sobre el asunto. Además, el presidente francés Emmanuel Macron, durante su reunión con el primer ministro israelí Netanyahu, ya mencionó que Francia no apoyaba la decisión de Trump sobre Jerusalén, y de igual forma le habló Federica Mogherini, la Alta Representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, manteniendo la postura mediadora neutral que ha asumido la UE hasta el momento.

Por tanto, ni la UE ni ninguno de sus estados-miembro han mostrado ninguna señal de apoyo a la decisión unilateral americana. Los europeos siguen unidos en su diversidad, quoniam “In varietate concordia”.

 

Bibliografía

European Union External Action, Middle East Peace process, 15/06/2016 - 12:32

European Council on Foreign Relations, EU backed into a corner on Israel-Palestine, Commentary by Hugh Lovatt, 12th December, 2017

Politico, EU dismisses Netanyahu’s Jerusalem prediction, by Jacopo Barigazzi, 12/11/17, 12:29 PM CET

EU Observer, Two EU states break ranks on Jerusalem, by Andrew Rettman, 7th Dec 2017, 16:36

Website of the Hungarian Government, Hungary has successfully represented its position on the issue of Jerusalem, December 15th, 2017

France Diplomatie, Israël/Territoires palestiniens - Relations avec l’Union Européenne

Ministry of Foreign Affairs of the Czech Republic, Position of MFA to Issue of Jerusalem, 06.12.2017 - 20:00

European Union External Action, Netanyahu realised there is full EU unity on Jerusalem, Mogherini says after EU Foreign Affairs Council, 12/12/2017 - 18:06

European Union External Action, Middle East: EU stands by two-State solution for Israel and Palestine; Iran nuclear deal, 05/12/2017 - 18:22

European Union External Action, EU won't give up on peace in the Middle East, says Mogherini, 19/09/2017 - 18:33

The Guardian, Death toll rises to 12 in violence after Trump's Jerusalem recognition, Associated Press in Gaza, Sun 24 Dec 2017 18.55 GMT

El País, Hamás anuncia una tercera intifada por el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí, Madrid 7 DIC 2017 - 17:49 CET

Le Parisien, Trump sur Jérusalem : «C'est une nouvelle humiliation infligée au monde arabe», International, par Myriam Encaoua, 08 décembre 2017, 9h47

Radio France Internationale, Vives réactions après l'annonce de Trump sur Jérusalem, 06-12-2017

BBC, Muslim nations urge recognition of East Jerusalem as Palestinian capital, 13 December 2017

Categorías Global Affairs: Unión Europea Oriente Medio Orden mundial, diplomacia y gobernanza Ensayos Israel y Palestina

Viktor Orban, en un acto cerca de la frontera con Rumanía  en mayo de 2017

▲Viktor Orban, en un acto cerca de la frontera con Rumanía en mayo de 2017 [Károly Árvai/Gobierno húngaro]

ANÁLISISElena López-Doriga

El 8 de abril de 2018 se celebraron en Hungría las elecciones parlamentarias para la renovación de los 199 miembros de la Asamblea Nacional, la única cámara del Parlamento húngaro. La alta participación del 68,13% superó la de los comicios de 2010, cuando acudió a votar el 64,36% del censo electoral, un dato récord que no se veía desde 2002. El primer ministro, Viktor Orban, en el poder desde 2010, se aseguró un cuarto mandato, el tercero consecutivo, dado que su partido, Fidesz, y el aliado de este, el Partido Popular Demócrata Cristiano, ganaron 134 de los 199 escaños. Orban, el dirigente europeo con mayor tiempo como jefe de gobierno después de Angela Merkel, se ha convertido en ciertos aspectos en un líder tan influyente como la canciller alemana.

Esos datos electorales –la alta participación y el amplio respaldo logrado por un líder no bien visto por todos en Bruselas– dan pie a algunas cuestiones. ¿Cuál es el motivo por el cual ha habido tanta movilización social a la hora de votar? ¿Por qué el resultado de estas elecciones está en el punto de mira de la Unión Europea?

Antecedentes históricos

Hungría es un país situado en Europa Central que fronteriza con Austria, Croacia, Rumania; Serbia, Eslovaquia, Eslovenia y Ucrania. El segundo río más grande de Europa, el Danubio, atraviesa todo el país y divide la capital de Budapest en dos territorios diferentes (Buda y Pest).

Hungría accedió a la Unión Europea en 2004. Este acontecimiento fue muy anhelado por los húngaros ya que lo veían como un avance en su democracia, un paso adelante para el desarrollo del país y un acercamiento al admirado Occidente. Era el deseo de hacer un cambio de rumbo en su historia, ya que, después de la disgregación del Imperio Austro-Húngaro en 1918, el país vivió bajo dos regímenes totalitarios desde la Segunda Guerra Mundial: primero bajo el mandato del Partido de la Cruz Flechada (fascista, pro-alemán y antisemita), durante el cual 80.000 personas fueron deportadas a Auschwitz, y más tarde por la ocupación de la Unión Soviética y sus políticas de posguerra. En aquellos tiempos las libertades individuales y de expresión dejaron de existir, el encarcelamiento arbitrario se convirtió en habitual y la policía secreta húngara llevó a cabo series de purgas tanto dentro como fuera de las jerarquías del Partido. Así, pues, la sociedad húngara sufrió una gran represión desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1945, que no se detuvo hasta la caída del Telón de Acero en 1989.

En términos económicos, la transición del comunismo al capitalismo fue muy dura para vastos sectores sociales. De una economía centralizada con sectores muy protegidos y fuertes subsidios agrícolas, se pasó a un plan de ajuste, especialmente severo, adoptado por el Gobierno electo en marzo de 1990 en las primeras elecciones libres.

El acceso a la Unión Europea simbolizaba marcar un antes y un después en la historia de Hungría, en un proceso de incorporación a Occidente que previamente vino señalado por la entrada en la OTAN en 1999. Formar parte de la UE era el paso hacia la democracia que Hungría deseaba y ese amplio consenso social quedó de manifiesto en el mayoritario apoyo que el ingreso obtuvo –el 83% de los votos– en el referéndum de 2003.

Hungría en la Unión Europea

Convertirse en un nuevo miembro de la UE tuvo un impacto positivo en la economía de Hungría, dando lugar a un evidente desarrollo y proporcionando ventajas competitivas para las compañías extranjeras que establecían una presencia permanente en el país. Pero a pesar de esos apreciables avances y de la ilusión mostrada por Hungría al acceder a la UE, el panorama ha cambiado mucho desde entonces, de forma que el euroescepticismo se ha extendido notablemente entre los húngaros. En los últimos años, en la opinión pública nacional ha emergido un gran desacuerdo con las políticas de Bruselas adoptadas durante la crisis de refugiados de 2015.

Ese año Bruselas decidió hacer una reubicación de los 120.000 refugiados que habían llegado a Hungría (provenientes de Siria, que se estaban desplazando por la ruta de los Balcanes hacia Alemania y Austria) e Italia (en su mayoría procedentes del norte de África). Para distribuir a los refugiados se establecieron cuotas, fijando el número de refugiados que cada país debía acoger en función de su tamaño y de su PIB. La política de cuotas fue cuestionada por los países del Grupo Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) y por Rumanía. Hungría levantó una valla de varios cientos de kilómetros en su frontera sur y se negó a aceptar las cuotas de acogida.

Esa actitud de cierre de fronteras y rechazo a acoger refugiados fue criticada por los dirigentes de la Unión, quienes llegaron a amenazar con sanciones a esos países. La dificultad de un consenso llevó a firmar en 2016 un acuerdo con Turquía para que este país retuviera el flujo de refugiados sirios. En 2017 vencieron las cuotas para el reparto a través de la UE de los refugiados que previamente habían llegado, sin completar así la reubicación inicialmente planteada. Aunque el momento de mayor confrontación política sobre esta cuestión en la UE ha pasado, la crisis de los refugiados ha creado una gran divergencia entre los dos bloques apuntados, erosionando el supuesto proyecto común europeo.

A la vista de esta situación, las elecciones parlamentarias de Hungría del 8 de abril de 2018 eran especialmente importantes, ya que los ciudadanos de ese país iban a tener la oportunidad de pronunciarse sobre el pulso mantenido entre Budapest y Bruselas.

Los principales candidatos

En las elecciones, la opción que partía con todas las encuestas a favor era la coalición del partido conservador Fidesz y el Partido Popular Demócrata Cristiano, con Viktor Orban, de 54 años, como candidato. Orbán se dio a conocer en 1989 cuando, con 26 años, desafió al régimen comunista y comenzó a erigirse en adalid de los principios liberales, lo que lo convirtió en símbolo de las aspiraciones de los húngaros por liberarse del totalitarismo y adoptar los valores occidentales. Sin embargo, su vuelta al poder en 2010, tras un primer mandato entre 1998 y 2002, estuvo marcada por un giro hacia una tendencia conservadora, caracterizada por un mayor control sobre la economía, los medios de comunicación y la justicia. Orban se reivindica defensor de una “democracia iliberal”: un sistema en el que, aunque la Constitución pueda formalmente limitar los poderes del Gobierno, en la práctica estén restringas ciertas libertades como la de expresión o pensamiento. Orban pone a prueba a menudo las líneas rojas de la UE al presentarse como defensor de una "Europa cristiana" y detractor de la inmigración irregular.

El partido que pretendía plantear el principal pulso electoral a Fidesz, sustrayéndole buena parte de sus votantes, era sorprendentemente uno situado aún más a la derecha: Jobbik (Movimiento por una Hungría Mejor), fundado en 2003 y considerado como una de las organizaciones políticas de extrema derecha más poderosas de la Unión Europea. Durante años, este partido no escondió su carácter xenófobo, anti-gitano, anti-semita, nacionalista y radicalmente opuesto al sistema político imperante en la UE, apostando por una Hungría fuera de esta. Sin embargo, a partir de 2013 moderó su lenguaje. Mientras que Orban fue adoptando una línea cada vez más radical, el líder de Jobbik, Gábor Vona, fue atemperando las posiciones de su partido para presentarlo como una opción conservadora, alternativa a Fidesz, capaz de captar votos del centro. Gyöngyösi, uno de los líderes nacionalistas del partido decía: “Somos el partido del siglo XXI, mientras que Fidesz es del siglo pasado y representa lo antiguo. Ya no tiene sentido esa división entre izquierda y derecha, eso ya es parte del pasado, de la vieja política”.

En el otro lado del espectro político, se presentaba a las elecciones una lista formada por el Partido Socialista (MSZP) y el partido ecologista de centro-izquierda Parbeszed ("Diálogo"), encabezada por un dirigente de este, Gargely Karacsony. El candidato de la izquierda contaba con amplios apoyos del MSZP, pero no con el de sus excompañeros del partido ecologista LMP, del que se separó hace cinco años, lo que podía conllevar una división del voto.

 

Completada una segunda valla en la frontera con Serbia, en abril de 2017

Completada una segunda valla en la frontera con Serbia, en abril de 2017 [Gergely Botár/Gobierno húngaro]

 

La campaña electoral

Durante la campaña se especuló sobre una posible pérdida de votos de Fidesz debido a una serie de escándalos de corrupción que involucraban a autoridades del Gobierno, acusadas de malversar dinero de ayudas europeas. Jobbik y otros grupos de la oposición aprovecharon esa situación para promocionarse como partidos anti-corrupción, centrando buena parte de su campaña en este asunto y abogando por una mejora de los servicios públicos, especialmente la sanidad. 

No obstante, el tema más destacado de la campaña electoral no fue la corrupción, el mal funcionamiento del sistema de sanidad pública o los bajos salarios, sino la inmigración. El Gobierno de Orbán se había negado a aceptar las cuotas de refugiados que imponía la UE desde Bruselas, aduciendo que acoger a inmigrantes es un asunto de política doméstica en el que las organizaciones exteriores no deben intervenir. Insistía en que Hungría tiene derecho a negarse a recibir inmigrantes, y más si son musulmanes, reiterando su rechazo al multiculturalismo, que considera una mera ilusión. Orbán opinaba que los refugiados que llegaban a las puertas de Hungría no estaban luchando por su vida, sino que eran inmigrantes económicos en búsqueda de una vida mejor. Por lo tanto, la campaña política de Orbán era un claro mensaje: Inmigrantes ilegales en Hungría: ¿sí o no? ¿Quién debe decidir acerca del futuro de Hungría, los húngaros o Bruselas?

Reducir la convocatoria electoral a una pregunta tuvo el principal efecto de una amplia movilización social. Según la oposición, Orbán utilizó el tema de la migración para alejar la atención popular de la corrupción generalizada.

Otro punto clave en la campaña política de Fidesz fueron las constantes acusaciones a George Soros, a quien Orbán identificó como el principal enemigo del Estado. Soros es un multimillonario estadounidense, de origen judeo-húngaro, que a través de su Open Society Foundation (OSF) financia diversas ONG dedicadas a promover valores liberales, progresistas y multiculturales en diferentes partes del mundo. En 1989 Soros financió a Viktor Orban para que estudiara en Inglaterra, y en 2010 donó un millón de dólares a su Gobierno para ayudar en la limpieza medioambiental tras un accidente químico. Pero la reputación de Soros en Hungría recibió un golpe durante la crisis migratoria de 2015. Su defensa del trato humano a los refugiados se topó con la actitud de Orban. Durante la campaña, este acusó a Soros de usar la OSF para “inundar” Europa con un millón de inmigrantes al año y socavar la “cultura cristiana” del continente.

Además, antes de las elecciones, Fidesz aprobó una enmienda a la ley de educación superior húngara, que establece nuevas condiciones para las universidades extranjeras en Hungría, algo que se ha visto como un ataque directo a la Universidad Central Europea de Budapest. La institución, financiada por Soros, goza de gran prestigio por fomentar el pensamiento crítico, los valores liberales y la libertad académica. La nueva legislación pone en riesgo la autonomía universitaria, la libre contratación de profesores y el carácter internacional de los títulos.

La Comisión Europea mostró sus diferencias con el Gobierno de Orbán acerca de varias de las cuestiones que ocuparon la campaña electoral. Así, expresó su insatisfacción por la nueva ley universitaria, al considerar que no es compatible con las libertades fundamentales del mercado interior de la UE, pues “vulneraría la libertad de proveer servicios y la libertad de establecimiento”. También criticó que Orbán no hubiera cumplido con la cuota de refugiados, a pesar de la sentencia del Tribunal de Justicia, y que hubiera hecho campaña utilizando electoralmente el desacuerdo que tiene con la UE.

El resultado de las elecciones

En las elecciones del 8 de abril de 2018, el partido Fidesz (en su alianza con el Partido Popular Demócrata Cristiano) obtuvo un tercer amplio triunfo consecutivo, aún mayor que el anterior, con casi la mitad del voto popular (48,89%) y su tercera mayoría absoluta de dos tercios (134 de los 199 escaños). Era la primera vez desde la caída del comunismo en 1989 que un partido gana tres veces seguidas unas elecciones.

El partido Jobbik logró convertirse en el principal partido de la oposición, al quedar en el segundo lugar con el 19,33% de los votos y 25 escaños. Sin embargo, su crecimiento de votos fue mínimo y solo obtuvo dos escaños extra, quedando prácticamente estancado en las cifras de 2014. El segundo puesto de Jobbik más bien se vio propiciado por la debilidad del Partido Socialista Húngaro (MSZP), cuya debacle lo llevó a quedar en tercer lugar, con el 12,25% de los votos y 20 escaños. Fue la primera vez desde 1990 en la que el MSZP no quedaba en primer o segundo lugar, poniendo fin al bipartidismo que mantenía con Fidesz desde 1998.

Por otra parte, desde su vuelta al Gobierno en 2010 Fidesz modificó significativamente el sistema electoral, reduciendo el número de legisladores de 386 a 199 y eliminando la segunda vuelta, cosa que no favorece a los partidos más pequeños, que podrían formar alianzas entre las rondas de votación. Al asegurarse dos tercios de la cámara, Fidesz podrá seguir gobernando cómodamente y reformando la Constitución a su medida.

Reacción de la UE

Una semana después de las elecciones, decenas de miles de opositores salieron a las calles de Budapest, en desacuerdo con un sistema electoral calificado de “injusto”, que le ha dado al primer ministro Viktor Orban un triunfo arrollador en las urnas después de una campaña basada en la negación de aceptar refugiados.

Diversos medios valoraron que la carta de felicitación que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dirigió a Orban fue más fría que la emitida en otras ocasiones similares. A la UE le preocupa que Orban continúe con su defensa de una democracia “iliberal” y que parece estar conduciendo el país hacia tendencias autoritarias. La compra que en los últimos años el Gobierno ha hecho de muchos medios de comunicación, para aislar a la oposición y hacer más propaganda, le asemeja a lo que ha ocurrido en países como Rusia y Turquía.

Es cierto que con Orban al frente del Gobierno Hungría ha crecido económicamente a buen ritmo y que las clases medias han mejorado su situación, pero su última victoria se ha debido no solo a la buena gestión económica, sino la defensa de valores que el pueblo húngaro considera importantes (esencialismo, cristianismo, respeto de las fronteras).

Los socialistas europeos no se han mostrado satisfechos con la nueva victoria de Orban insinuando que se trata de un retroceso para la democracia en Hungría. La alegría que los partidos populistas han manifestado por su triunfo es la prueba de que Orban, cuya formación Fidesz sigue perteneciendo al Partido Popular Europeo, se ha convertido en un exponente del ultranacionalismo moderno, que amenaza ideas democráticas de la Unión Europea.

De momento, Bruselas está siendo cautelosa con Hungría, incluso más que con el Brexit británico, puesto que Viktor Orban, visto por muchos como “el rebelde de la UE”, a diferencia del Reino Unido, quiere permanecer dentro del bloque, pero cambiar parte de los ideales que representa.

Categorías Global Affairs: Unión Europea Europa Central y Rusia Orden mundial, diplomacia y gobernanza Análisis

[Robert Kaplan, Earning the Rockies. How Geography Shapes America's Role in the World. Random House. New York, 2017. 201 pages]

 

REVIEW / Iñigo Bronte Barea

Despite rising powers in conventional geopolitics, the United States today remains unopposed due to geography as an overwhelming advantage for the US. As such, the country is blessed  with a trifecta of comparative advantages. The country is bound by  oceans on both sides, lacks any real threat from its neighbors, and contains an almost perfect river network.

Throughout the book, Author Robert D. Kaplan guides the reader as he travels the US,  portraying how geography impacts the livelihood of its population, analyzes the concerns of its citizens, and studies how the country achieved its current composition from a historical lens.

The author introduces the topic by arguing that the world´s security during the 20th and 21st century largely depended on the political unity and stability of the United States. Kaplan crosses the country to study how geography helped the US attain the position that they have in the world. The title of his book, “Earning the Rockies,” emphasizes the importance of the fact that in order to achieve western part of nowadays US, it would be necessary to first control the East, the Midwest, and the Great American Desert.

During his travels, Kaplan brought three books to reinforce his personal experiences on the road. His first book was “The Year of Decision: 1846” from the DeVoto trilogy of the West. From this text, Kaplan learns that America´s first empirical frontier was not in the Caribbean or Philippines, but earlier in the western part of the country itself. Kaplan also stresses the idea that the solitude and dangers of the old West are today very present in the common American character. In particular, he argues such values remain manifested in the extremely competitive capitalist system and the willingness of its population for military intervention. The last and most important idea that Kaplan gleans from DeVoto was that the defining feature of US greatness today is based ultimately on the country being a nation, an empire and a continent, all rolled into one.

Kaplan starts his journey in the spring of 2015 in Massachusetts. He wanted to contemplate the American continent and its international role, and the one that must be expected for it in the coming years; he wanted to discover this while hearing people talking, to discover what are their real worries.

Back on the East coast, Kaplan traces the country’s origins after the independence of the thirteen colonies in 1776. Kaplan starts his eastern journey by examining the US from a historical perspective and how it grew to become a global force without equal. Primarily, Kaplan argues that the US did so by first becoming an army before the US became a nation. For the author, President Theodore Roosevelt was the one who realized that the conquest of the American West set the precedent for a foreign policy of active engagement worldwide.

Earning the Rockies. How Geography Shapes America's Role in the World

Kaplan continues his travels through the Great Lakes region; Lancaster, Pittsburgh, Ohio, and West Virginia. His travel is set in the context of the Presidential primary season, in which he examines the decline of the rural middle class from the staple of the American workforce to near poverty. As such, the devolution of the social process ended with the election of Donald J. Trump. Despite a legacy of success in globalization and multilateralism, America quickly became a nation enthralled with a renewed sense nationalism and isolationism.

From his travels, Kaplan deduces several types of groups based on the founding fathers.  He categorizes them as following: elites in Washington and New York were Wilsonian (who seek to promote democracy and international law), Hamiltonians (who are intellectual realists and emphasize commercial ties internationally) or Jeffersonians (who emphasize perfecting American democracy at home more than engaging abroad). Surprisingly, the huge majority of the American people were actually Jacksonians: they believe in honor, faith in God, and military institutions.

Kaplan continues his path towards the Pacific by crossing Kentucky and Indiana, where the transition zone leads him to the arid grasslands. During his voyage, Kaplan finds that the people did not really care about ISIS, the rise of China, the Iraq War or any other international issues, but instead their worries on their work, health, family, and basic economic survival. This is in fact because of their Jacksonian way of seeing life. This in turn means that Americans expect their government to keep them safe and to hunt down and kill anyone who threatens their safety. Related to this, was the fact that isolationism was an American tradition, which fits well within the current political landscape as multilateralism has lost much of its appeal to people in the heartland.

The native grasses and rich soil of the temperate zone of this part of the country, such as Illinois, promote the fertility of the land that goes on for hundreds and hundreds of miles in all directions. For Kaplan, this is ultimately what constitutes the resourceful basis of continental wealth that permits America’s ambitious approach to the world.

West of Lincoln, the capital city of Nebraska, it could be said that you enter the real West, where roads, waterways and urban cities rapidly disappears. At this point, Kaplan begins to make reference to the second book that he read for this part of the journey. This time, author Welter P. Webb in “The Great Plains” explains that the history of the US relies on the history of the pioneers adapting to life in the Great American Desert. This author argues that the Great Plains stopped slavery, prompting the defeat of the Confederacy. He states so because for Webb, the Civil War was a conflict between two sides whose main difference was largely economic. The Southern system based on the plantation economy with huge, “cash” crops and slave labor. On the other hand, the Northern economic system was based on small farms, skilled labor, and a rising industrialized system. While the Great Plains were a barrier for pioneers in general, that wall was greater for the Southern economy than for the industrializing North, which could adapt to aridity unlike the farming economy of the south.

The last book that Kaplan reads while crossing the country is “Beyond the Hundredth Meridian” by Wallace Stenger. The author of this book stresses the importance of the development limitations in immense areas of the western US due to a lack of water. This desert provided a big challenge for the federal government, which manages the little resources available in that area with the construction of incredible dams, such as the Hoover Dam, and turnpike highway system. It remains quite clear that the culmination of American history has more to do with the West than with the East. Stenger is well aware of the privileged geographic position of the US, without dangerous neighbors or other inland threat. In addition, the US contains an abundance of inland waterways and natural resources that are not found on such a scale anywhere else. This characteristic, helps provide the US with geographical and political power unlike any other in modern history. As Stenger stipulates, the fact that World War II left mainland America unscathed, which inly shows how geography has blessed the US.

One of the key aspects that Kaplan realized along his trip was the incredible attachment that Americans have to their military. For Kaplan, this feeling becomes more and more romanticized as he headed westward. In Europe, despite the threats of terrorism, refugees, and Russia, the military is seen locally as merely civil servants in funny uniforms, at least according to Stenger. On the contrary, America, which faces less physical threats than Europe, still maintains a higher social status and respect for military personnel.

In summation, the radical landscape of the west provided Americans with a basis for their international ambition. After all, if they could have conquered and settled this unending vastness, they settle the rest of the world too. However, the very aridity of the western landscape that Kaplan faces at the end of his voyage, requires restraint, planning, and humility in much of what the government had to invest in order to make the west inhabitable and successful. But despite the feeling that they could conquer the world, America faces huge inequalities, real and imagined, that force US leaders to focus on domestic issues rather than foreign affairs. Therefore, elites and leaders in Washington tend to be centrist and pragmatic. In such, they do not dream about conquering the world nor opt to withdraw from it either. Instead, they maintain America’s “pole position” place within its global affairs.

At the end, it could be said that American soil itself is what in fact really orients the country towards the world.  Despite all the restraint and feelings for the heartland, what really matters are the politicians and business leaders that enable the new American reality: the world itself is now the final, American frontier.

Categorías Global Affairs: Orden mundial, diplomacia y gobernanza Norteamérica Reseñas de libros

La autoridad de China y de EEUU en Asia

▲Banderas de Estados Unidos y Japón, en una ceremonia de bienvenida al vicepresidente estadounidense en Tokio, en febrero de 2018 [Casa Blanca]

COMENTARIOGabriel de Lange [Versión en inglés]

En las últimas décadas, China ha crecido en fuerza económica y política. La inclusión del documento “Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era” en la Constitución del Partido Comunista chino (PCC), llevada a cabo durante el 19º Congreso de ese partido en octubre de 2017, y la modificación de la Constitución del país para eliminar el límite de dos mandatos presidenciales seguidos, aprobada por el pleno de la Asamblea Popular de China en marzo de 2018, han supuesto la consolidación del poder del actual líder chino.

Por su parte, Estados Unidos ha sido criticado en múltiples frentes por sus relaciones en Asia. Autores críticos con la Administración Trump consideran que su política hacia Corea del Norte, China y la región en general están “dañando los intereses” de EEUU en Asia-Pacífico. La retirada del acuerdo Transpacífico (TPP) “ha socavado la influencia” estadounidense para moldear el futuro regional, dando a China la oportunidad de que lo haga en sus propios términos. La retirada del TPP ha hecho que muchos países asiáticos se pregunten sobre lo que Washington pone sobre la mesa en términos económicos y miren hacia China por si llena este vacío.

Uno de los principales factores que llevan a los países asiáticos a mantener cierta distancia respecto de China y una mayor cercanía a Estados Unidos son los problemas en el Mar del Sur de China. Como en el caso de las Filipinas con las islas Spratly o Vietnam con las islas Paracel. La preocupación de esos países sobre las intenciones chinas les ha empujado a un acercamiento a EEUU. Desafortunadamente para Washington, esa aproximación depende de la propia decisión de China, de insistir o no en sus reivindicaciones sobre islas particulares. La Administración Xi podría decidir que los beneficios de unas relaciones más fuertes con sus vecinos son más importantes que estos territorios en disputa.

La pregunta ahora es: ¿a quién buscarán los otros países asiáticos, especialmente los miembros de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), como aliado político? Con los signos de un poder firme, estable y duradero bajo la autoridad consolidada de Xi Jinping, en comparación con una Administración Trump aparentemente impredecible, dividida e internacionalmente criticada, nadie puede sorprenderse de que los vecinos de la región puedan inclinarse más hacia China en un futuro próximo.

Categorías Global Affairs: Asia Orden mundial, diplomacia y gobernanza Comentarios

DOCUMENTO DE TRABAJOMaría Granados Machimbarrena

RESUMEN

A pesar de la sentencia HIRSI Y JAMAA, de 2012, Italia fue condenada en 2015 una vez más por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por detención ilegal y devolución sumaria y colectiva de varios emigrantes. Los hechos ocurrieron en 2011, cuando los demandantes viajaron en un barco a través del Mediterráneo y fueron interceptados por buques italianos. Los emigrantes fueron traslados a la isla de Lampedusa, y detenidos en el Centro di Soccorso e Prima Accoglienza (CSPA), en una área reservada a los nacionales tunecinos. Según los demandantes, fueron detenidos en habitaciones superpobladas y sucias, sin contacto con el exterior. Los acontecimientos tuvieron lugar inmediatamente después de la primavera árabe. Las cuestiones planteadas frente al Tribunal por los demandantes y los argumentos planteados por los jueces son relevantes en el contexto actual de crisis europea en la gestión de los flujos de refugiados por las instituciones de la UE y sus Estados miembros.

 

La cuestión del asilo y el principio de non-refoulement: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y sus repercusiones en la Unión Europea Descargar el documento completo [pdf. 6,4MB]

Categorías Global Affairs: Unión Europea Orden mundial, diplomacia y gobernanza Documentos de trabajo

[Pedro Baños, Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial. Ariel, Barcelona 2017, 468 páginas]
 

RESEÑAAlbert Vidal

La gran mayoría de las guerras que se libran en el mundo tienen siempre un trasfondo económico vital, aunque se suelen usar otros motivos (políticos o religiosos, por ejemplo) para velar esos intereses económicos. Que los intereses económicos son los que rigen las relaciones internacionales es la tesis principal, ilustrada con gran número de ejemplos, que mantiene el libro Así se domina el mundo, del analista e investigador Pedro Baños, exjefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo, con experiencia en diversas misiones internacionales (UNPROFOR, SFOR y EUFOR).

“Estados Unidos sigue intentando dominar el mundo. Pero su gran competidor es China. Sobre todo en lo referente al ámbito económico. Por eso se hacen la guerra económica, y también a través de actores interpuestos en muchos escenarios. Todo tiene un sustrato económico”, escribe el coronel Baños. China, por su parte, está decidida a asestar un golpe al dólar. Beijing está preparando un nuevo formato de contrato para las transacciones del crudo en el que se emplee el yuan, el cual sería totalmente convertible en oro en las bolsas de Shanghái y Hong Kong. Si esto llegara a ocurrir, daría lugar a la principal referencia del mercado del petróleo asiático, y permitiría a los exportadores de crudo sortear las referencias dominadas por el dólar.

Afganistán es otro ejemplo de la primacía de la economía en la geopolítica. EEUU decidió volver a Afganistán, en donde casualmente la producción de opio se ha multiplicado. Esta había sido rebajada por los talibanes a niveles mínimos, pues prohibieron el cultivo de opio y los afganos pasaron a producir algodón. Pero entonces, según cuenta Baños, surgió una fuerte oposición de los productores de algodón estadounidenses, de forma que algunos estados de EEUU se rebelaron por considerar que la competencia de un algodón afgano barato les podría arruinar. Baños apunta que existen informes del Pentágono recomendando dicha intervención. Además, Afganistán es riquísimo en minerales. Es por eso que Donald Trump declaró que “China está haciendo dinero en Afganistán con los minerales raros mientras que Estados Unidos hace la guerra”.

Estas apreciaciones confirman el modo realista y pragmático con que Baños interpreta los acontecimientos que pasan en el mundo. Su visión de la geopolítica se integra en el realismo político, próximo a la interpretación de Maquiavelo. Tiene una visión hobbesiana del escenario internacional. Define la geopolítica actual como “la actividad que se desarrolla con la finalidad de influir en los asuntos de la esfera internacional, entendido este ejercicio como la aspiración de influencia a escala global, evitando, al mismo tiempo, ser influidos”.

Este libro es una grandísima oportunidad para enriquecer nuestras perspectivas acerca del escenario internacional. Con un lenguaje sencillo, Baños consigue transmitir conceptos complejos a través de distintas imágenes. Una de ellas, central para la tesis del libro, es la comparación del escenario internacional con un patio de colegio: en el patio (el mundo), las grandes potencias (los matones) gozan de aliados circunstanciales (niños cobardes que deciden integrarse en la corte de aduladores); luego hay parias (que sufren la malicia de los matones) y otros que simplemente se resisten a la presión del grupo o deciden aislarse del conjunto de alumnos. La hipocresía, como bien describe el autor, es una constante en las relaciones internacionales.

Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial
 

Principios geopolíticos, geoestrategias y errores

Baños presenta cuatro principios geopolíticos inmutables que, en esencia, siempre han estado presentes en la historia (aunque existan cambios accidentales). Se podrían resumir en los siguientes:

  1. El Estado es un ser vivo, que tiene necesidades vitales y existenciales, así como de desarrollo y evolución.

  2. La economía es la que manda, vertebra los conflictos y es la fuente de las tensiones. Se trata de unos intereses económicos muchas veces relacionados con la industria armamentística.

  3. El determinante peso de la historia, con repetición de los mismos escenarios, como por ejemplo Afganistán (su orografía ha supuesto un cementerio de imperios y superpotencias) y Rusia (con un invierno que arruinó los planes de Napoleón y Hitler).

  4. No hay aliados eternos, sino intereses permanentes. Los intereses crean extrañas alianzas, y estas alianzas suelen ser efímeras. Por ejemplo, Arabia Saudí es uno de los principales aliados de EEUU, cuando sus valores, en principio, son totalmente contradictorios.

Tras la descripción de los principios geopolíticos, el libro repasa 27 geoestrategias que se han usado recurrentemente en el escenario internacional. Esta sección es muy útil para comprender muchos de los movimientos o sucesos que ocurren en el mundo. Algunas ejemplos de dichas geoestrategias son:

La intimidación de un país fuerte hacia otros débiles, usándolos para sus propios intereses.

El cerco y contracerco.

La patada a la escalera. Ejemplos son la negativa de las potencias atómicas a que otros ingresen en ese club nuclear y la obligación que los países desarrollados imponen a las economías sub-desarrolladas a abrirse al libre mercado.

La debilitación del vecino.

El breaking point.

El fomento de la división mediante la siembra de cizaña.

El fervor religioso como herramienta para obtener seguidores.

El buenismo. En la guerra de Siria, hemos visto matanzas del Estado Islámico, pero se han ocultado sistemáticamente las matanzas de la coalición internacional, que a nuestros ojos parecen los rescatadores del pueblo sirio.

¬La creación de la necesidad. La necesidad de comprar armas se ampara en conceptos como guerra al terrorismo, estrategia preventiva, y otros, que resultan en un fabuloso negocio de compra y venta de armas.

La dominación indirecta. Entre 1946 y 2000 la Casa Blanca ha interferido en 81 elecciones realizadas en 45 países, según un los documentos desclasificados de la CIA.

La creación del enemigo. La OTAN y EEUU fomentan la enemistad de los países occidentales con Moscú, para que estos se subordinen a la OTAN y le pidan protección y le compren armas,

El loco. Esta es una estrategia utilizada por Corea del Norte, amenazando con consecuencias catastróficas para evitar ser atacado.

Baños también expone los errores que muchas veces cometen las potencias en su actuación internacional. Un par de ellos son:

  1. Ignorar la idiosincrasia de pueblos. El mundo occidental está compuesto, a lo sumo, por 900 millones de personas. El resto del mundo acoge a 6.600 millones. Por otro lado, la globalización es básicamente anglosajona: no todos los pueblos quieren necesariamente participar de ella. Y dada la visión sesgada que tenemos del mundo, muchas veces tenemos una concepción equivocada de otros pueblos. La triste realidad es que muchas intervenciones en el exterior son llevadas a cabo sin ningún tipo de estudio o examen de las potenciales consecuencias en las culturas y pueblos afectados.

  2. El exceso de autoconfianza. No hay enemigo pequeño, ni siquiera el asimétrico. Con tácticas de guerrillas, hasta un grupo de campesinos puede convertirse en una verdadera amenaza hacia los planes de una gran potencia. De hecho, la historia ha demostrado repetidamente como aquellos que han actuado con demasiada confianza han sido vencidos por sus adversarios, más prudentes.

Post-verdad y desinformación

Pedro Baños destaca la importancia de las narrativas. Según el autor, tener un relato propio es ganar la partida. El relato hace mutar la realidad. Y las narrativas se convierten en un instrumento de control emocional de la población, que sirven para justificar lo que le conviene.

Por otro lado, hace referencia a la verdad, que corre el riesgo de volver a construirse para justificar intereses nacionales o empresariales. La ciudadanía, dice el coronel Baños, debe estar atenta: "los que deciden por nosotros lo hacen sutilmente, incluso recurriendo a la así llamada 'pos-verdad', que no es sino una gran mentira disfrazada de verdad". Como destaca el autor, la clave del poder es influir en un mundo deliberadamente desinformado, en el que se entremezclan muchos conflictos de intereses entre estados, personas, empresas, lobbies y familias poderosas, intentando ejercer todos ellos la mayor influencia posible.

El mundo cibernético es el nuevo gran escenario para esa batalla. Allí se está librando una intensísima guerra psicológica y de propaganda, liderada por las fake news y la desinformación. Estos dos mundos (uno físico y otro virtual) están conectados por la mente humana. Por eso, es vital estar precavido ante ataques que, aunque no nos demos cuenta, tienen lugar cada día, veladamente o no. Las potencias están en continua acción, con un solo propósito, como concluye Baños: “controlar el mundo y evitar caer subyugado por otro poder. Ese es el único objetivo”.

Categorías Global Affairs: Orden mundial, diplomacia y gobernanza Reseñas de libros

DOCUMENTO DE TRABAJOLucía Serrano Royo

RESUMEN

La Unión Europea nació como un mecanismo de cooperación entre países, pero su reciente historia, hace que el sistema sea aún muy frágil. A su vez, su diversidad, hace que la toma de decisiones sea compleja y que entren en juego numerosos intereses políticos, que pueden entrar en conflicto. Uno de los acontecimientos más relevantes que está teniendo lugar en la actualidad y que ha hecho tambalear los pilares de la Unión es “El Brexit”, la salida de Reino Unido como estado miembro de la Unión. Este escrito analizará la lenta aplicación del artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que se activa por primera vez en la historia. Además, analiza los motivos en el contexto europeo e internos que han llevado a esta situación y las consecuencias desde un punto de vista político, económico y social. Ante este clima de inestabilidad e incertidumbre, se plantearán diferentes alternativas a esta situación y se analizará cómo la Unión Europea ha dado respuesta a este problema en su Libro Blanco, donde se han establecido diferentes escenarios para la continuación de la Unión.

 

El Brexit, su desarrollo y consecuencias  Descargar el documento completo [pdf. 4,4MB]

Categorías Global Affairs: Unión Europea Orden mundial, diplomacia y gobernanza Documentos de trabajo